Pedro
—Pero mira a quién tenemos aquí —dice Molly, y pone los ojos en blanco cuando Jace y yo entramos en el apartamento de Zed.
—¿Ya estás borracha y embarazada? —le contesto.
—¿Y? Son las cinco pasadas —dice con una sonrisa maliciosa. Meneo la cabeza cuando añade—: Tómate un chupito conmigo, Pedro —y coge una botella de licor marrón y dos vasos de chupito de la encimera.
—Está bien. Uno —digo, y sonríe antes de llenar los pequeños vasos.
Diez minutos después, estoy mirando la galería de imágenes de mi móvil. Ojalá le hubiera dejado a Pau hacernos más fotos juntos. Ahora tendría más que mirar. Joder, me ha dado fuerte de verdad, como ha dicho Jace. Creo que me estoy volviendo loco y lo peor es que me da igual con tal de que eso me ayude a volver a estar con ella.
«Yo seré feliz», dijo. Sé que yo no la he hecho feliz, pero podría hacerlo. Aunque tampoco es justo que continúe persiguiéndola. Le he arreglado el coche porque no quería que se preocupara de hacerlo ella. Me alegro de haberlo hecho porque no me habría enterado de que se iba a Seattle si no hubiera llamado a Vance para asegurarme de que tenía quien la llevara a trabajar.
¿Por qué no me lo dijo? Ahora ese capullo de Trevor está con Pau, cuando el que debería estar allí soy yo. Sé que le gusta y ella podría enamorarse de él. Él es justo lo que necesita y los dos son muy parecidos. No como ella y yo. Trevor podría hacerla feliz. La idea me cabrea hasta tal punto que quiero tirarlo de cabeza por la ventana...
Pero tal vez tenga que darle tiempo a Pau y la oportunidad de ser feliz. Ayer me dejó claro que no puede perdonarme.
—¡Molly! —grito desde el sofá.
—¿Qué?
—Tráeme otro chupito.
No me hace falta mirarla, noto cómo su sonrisa victoriosa llena la habitación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario