Divina

Divina

sábado, 3 de septiembre de 2016

Epílogo:


Esta noche, nuestra de escuela, organizaba una reunión con las antiguas promociones porque la institución estaba de aniversario, y nosotros teníamos que ir sí o sí, porque justo ese año, se cumplían diez años desde nuestro egreso.

De paso, era una oportunidad para ponernos al día con toda esa gente que hacía tanto que no veíamos.

Bueno, obviamente sacando a nuestros amigos, con los que nos seguíamos juntando siempre.

De la mano con mi novio, saludamos a todos como en las viejas épocas y nos reímos recordando anécdotas.

Algunos estaban casados, otros eran padres, por Dios. ¡Que fuerte! Algunos estaban recibidos, otros seguían buscando aun un rumbo en sus vidas, en fin. Había de todo.

Celi, nuestra compañera, se casaba la semana entrante, y todos habíamos sido invitados a celebrarlo. Era la primera boda a la que iba de una persona de mi edad... y que no era un familiar.

Era raro, pero estábamos emocionados porque las despedidas de solteros habían sido muy divertidas.

En apariencia física, estaban todos muy cambiados. Las chicas parecían mayores, y los chicos, se veían rarísimos. Algunos más gordos, panzones, o hasta más guapos de lo que habían sido en sus días escolares. Pero definitivamente, detrás de esos rostros adultos, estaban todavía los adolescentes que habían sido.

Y se notaba en situaciones como esta, en que Juan proponía hacer un juego de bebida, brindando por cada año que había pasado.

La verdad, todos estaban todos tan distintos... pero Pepe y yo, seguíamos siendo los mismos para mis ojos.

Bueno, casi.

Mi novio se había recibido y después de trabajar muy duro, nos habíamos podido mudar a un departamento más amplio.
No había sido fácil, y si, habíamos tenido nuestros problemas como toda pareja... pero seguíamos ahí. Incondicionales, aun en los momentos más difíciles.

Yo había publicado dos libros más, y me estaba yendo muy bien con el Blog. Tanto, que ya no necesitaba trabajar en la librería.

Me estaba dedicando de lleno a mi carrera, y tenía proyectos que me ilusionaban muchísimo.

Pero no voy a contar nada, porque soy supersticiosa, y no quiero que se pinchen antes de tiempo.

Facu y May, seguían tan enamorados como el primer día. Claro que se peleaban, y hacían las paces, pero después de tanto pensarlo, se habían comprometido, y tenían planes de casamiento para un futuro... todavía algo incierto.

Ella se había recibido y estaba trabajando en un Hotel Spa de las Sierras, en donde él era asistente de Chef.

Nuestro amigo Fran, había conocido a un chico muy lindo en una fiesta, y llevaban dos años conviviendo.

Después de lo de su ex, Pablo, le había costado volver a confiar, pero de a poco se estaba dejando querer.

Fede, hacía siete meses, había sido papá de una nena con su novia Cami, a la que habían llamado Luz. Era una gordita preciosa, de quien yo era madrina junto con Gabi, el hermano ahora adolescente de mi ex novio.

Todavía me río cuando recuerdo la manera en que me lo pidió. Tan suya...

—¿Querés hacer de madrina de Luz con el enano? – era lindo que después de tantos años, seguíamos teniendo nuestros códigos y nuestra amistad intacta.

Los padres de mi novio, habían vuelto a Argentina, porque extrañaban su tierra, pero sobre todo a su hijo. Y tan tradicionales como eran, y con tanta charla de bodas en el aire por culpa de nuestros amigos, no paraban de preguntar cuándo es que nosotros daríamos ese paso también.

Pero solo sonreíamos y nos encogíamos de hombros.

La verdad es que en lo único que podíamos pensar era en el ahora, y en el viaje que haríamos por el mundo.

Habíamos ahorrado por dos años, privándonos de algunos lujos, pero había valido la pena. Por fin se haría realidad una de nuestras fantasías.

No es que no habláramos del tema tampoco...

No lo hacíamos en público, pero si, algo habíamos acordado.

Felices, llenos de anticipación, pero más que nada, enamorados, habíamos dicho que a la vuelta, haríamos planes más serios para nuestro futuro. Porque claro, también nos queríamos y nos emocionaba un poquito imaginarnos todo lo que venía, estando juntos.

¿Boda? ¿Hijos? ¿Otra carrera? ¿Más libros? ¿Más viajes?


Todo era posible.





FIN!!!

Divina Capitulo 82


Despedida:

Días después, nos habíamos juntado en casa de May para ayudarlos a empacar.

Sacando ideas de Internet, lo guardamos todo ahorrando espacio, con una precisión imposible.

¿Cómo iban a hacer para empacar cuando tuvieran que volver? No lo sé. Pero ahora así, sus gigantes mochilas, estaban preparadas.

Unos días antes de terminar Febrero, fuimos al aeropuerto a despedirnos de nuestros amigos.

Si, se iban un poquito más de un mes, pero lejos, así que queríamos decirles adiós. Eso, y encargarles algunos regalos que podían traernos de souvenir, claro.

Nos sacamos mil fotos y entre abrazos, vimos como embarcaban el avión.

—Algún día deberíamos viajar nosotros también. – me dijo Pepe mientras me tomaba la mano, para regresar a casa.

Me reí.

—El día que nos salga la lotería, a lo mejor. – bromeé.

—Bueno, no tiene que ser tan lejos. – se rió también. —Podemos volver al sur. – sugirió. —Me trae lindos recuerdos.

—A mí también. – dije frenándolo para colgarme a su cuello. —Los mejores.

Sonriendo me besó con dulzura mientras me acariciaba el cabello.

—Pero para mochileros, están nuestros amigos. – dije cuando seguimos camino. —Yo quiero ir a hoteles lindos, con camas lindas, y baños limpios.

Mi novio se rió y asintió.

—No me la imagino a May haciendo dedo en alguna ruta para recorrer ciudades. –comentó.

—¿Y Facu con el miedo que le dan las casas antiguas? – me reí. —No va a dormir en toda la noche, cuando les toque parar en el Hostal en ese pueblito de Italia.

Nos fuimos de la mano a casa riendo, y charlando sobre nuestros amigos y su viaje. Sin duda, iba a ser una de las mejores experiencias de sus vidas. Y no veíamos las horas de que regresaran para que nos lo contaran todo.

Fragmento de la entrada del Blog de esa semana:

“Los cuatro íbamos a ser siempre amigos y compañeros de aventuras. Aunque cada uno hiciera la suya, -como debía ser-, nunca dejaríamos de ser quienes éramos cuando estábamos juntos.

Pasaría la vida, pasarían los años, pero al reunirnos, sería como si no hubiera pasado ni un solo día realmente.
Porque la gente puede cambiar un montón, pero en el fondo, no tanto. Y cuando se quiere de verdad, no se olvida.”

Divina Capitulo 81



Dia 4:

Me desperte al otro dia con el cuerpo acalambrado.

May habia estado insoportable porque le dolian los ovarios, y no encontraba pose comoda para dormir. Facu, pateaba, quiza soñando que jugaba al futbol. Pepe roncaba como un oso, porque tenia la nariz algo congestionada, y yo me enroscaba de manera imposible.

Todo eso sumado y combinado en una pequeña carpa, era una pesadilla.

A los pocos segundos, senti que mi novio se despertaba y me besaba el cuello muy despacio.

Sonrei girandome para devolverle los besos y me sonrio cariñoso.

-Buen dia. -susurro.

Metio sus manos calentitas por debajo de la remera de mi pijama y acaricio mi espalda atrayéndome mas cerca.

Cruce una de mis piernas sobre su cadera y me pegue a él como pude mientras sus manos seguian bajando, apretándome el trasero, hasta que nuestras caderas estuvieron alineadas, y pude sentirlo entre las piernas.

Se habia despertado con ganas, y podia notarlo crecer a traves de la ropa. Con un jadeo, me meci buscando friccion, porque yo tambien queria mas... mucho mas.

Pego su frente a la mia y como leyendome la mente, dijo.

-Vamos a la otra carpa.- su voz habia sonado urgente, y eso solo me hizo desearlo mas.

Con cuidado, y sin hacer ruido que pudiera despertar a nuestros amigos, nos levantamos y salimos para ir a la carpa que estaba al lado.

Apenas cruzamos la entrada, nos enredamos tirando de nuestro pijamas para quitarlos del medio, y entre jadeos, los besos se fueron haciendo cada vez mas intensos.

-shhh... -le susurre.- si se despiertan, van a venir a buscar las cosas del desayuno.

Nos reimos, tratando de ser silenciosos. Porque obviamente cuando uno quiere hacer menos ruido, mas hace.

Tratamos de apurarnos, acostados entre las bolsas de dormir, y nos acoplamos como pudimos besandonos desesperadamente.

Pepe me giro colocándome por encima, y mordiendose los labios, me alento a moverme mas rapido y mas fuerte. Y yo, dejando caer la cabeza hacia atrás con un gemido, hice precisamente eso.

Para cuando nuestros amigos se despertaron, nosotros ya estabamos fuera, cambiados y armando las mochilas para regresar a casa.

-que madrugadores. -comento May bostezando, abrazada a Facu por la espalda.

Con Pepe nos miramos y nos aguantamos la risa sin decir ni una palabra. Ella, que nos conocia de memoria, puso los ojos en blanco.

-mas les vale que no hayan hecho lio en nuestra carpa, porque los mato.- amenazo.

-y espero que no hayan usado mi bolsa de dormir.- agrego Facu arrugando el gesto.

-¿tu bolsa de dormir? -se rio mi novio- ¿me viste cara de loco? Encontramos una de estas ahi dentro.- con una ramita habia levantado una media usada de su amigo.

Estallamos en carcajadas, mientras el dueño del calcetin, se defendia diciendo que ese era el par que habia utilizado para jugar a la pelota.

-y vos no te hagas, Pedro. -dijo mi amigo.- su los vestuarios de futbol hablaran...

-no se, que hablen su quieren.- contesto riendo.-pero que no tengan nariz.

-son un asco.-comente terminando de ordenar.

Almorzamos muy liviano y a primera hora de la tarde, nos subimos al auto para regresar a Cordoba.

May tenía un color bronceado espectacular, y sus ojos parecían más claros. Pero lo mejor de todo, es que al estar más tranquila al haber recuperado su periodo, se la veía preciosa.

No sabía si iba a contarle a Facu de su susto, pero a mí ya me había tocado decirle a Pepe que había sido una que era, también se preocupaba.

Facu, apenas se sentó en el asiento trasero, se durmió. Envidiaba esa facilidad que tenía para dormirse parado si necesitaba.

Se irían de viaje en unos días, y aun no tenían nada listo. Íbamos a tener que darles una mano, eso seguro.

Pepe, conducía con cuidado, porque al ser domingo, la ruta estaba llena de autos y podía ser peligroso si no se prestaba atención.

El cabello se le había aclarado y su piel estaba algo quemada por el sol. En contraste, sus ojos se veían transparentes. Guapísimo como siempre, se me hacía imposible no quedarme mirándolo como boba.

Se me hacía difícil creer que me había pasado años viéndolo solo como un amigo.

Ahora era imposible estar cerca de él, y no sentir de todo.

Al darse cuenta de que estaba muy callada y pensativa, me miró sonriendo.

—Estás re linda. – me acarició la mejilla con los nudillos. —Te salieron pequitas por el sol.

—Las odio. –dije asomándome para mirarme al espejo retrovisor.

—Te quedan perfectas. – me discutió. —Cuando eras más chica, me acuerdo que te las pintabas con marcadores y te retaban.

Me reí recordando. Tendría, tal vez seis años, no más. Todavía no era amiga de May y Pepe, pero íbamos al mismo grado.

—¡Que memoria! –dije impresionada. —Yo ya me había olvidado de eso. ¿Sabés de que me acuerdo?

—¿De qué?– preguntó curioso.

—Cuando cumplías ocho o nueve, hiciste cumpleaños en un club. – se rió asintiendo. —Y vos querías irte a jugar al fútbol y tu mamá se enojó porque no querías ni soplar las velitas. No te importaban ni los regalos.

—Uh, si. Se enojó como loca, mi vieja.– recordó. —Había invitado a toda la familia, a mis tíos que viajaron de Villa María, y yo ni los saludé. En todas las fotos salí con cara de culo.

—Es que había hecho una fiesta enorme. – me reí. —Me acuerdo que hasta animadores había.

—Siempre tan exagerada, doña Ana. – se burló. —Ya desde chiquito le daba disgustos.

—No creo que ninguno supere lo del departamento. – dije y me estremecí al recordarlo. —Pensé que se le iban a salir los ojos para afuera.

Pepe se rió a carcajadas, y May que estaba callada hasta entonces, nos miró curiosa.

—¿Qué pasó en el departamento? – no les habíamos contado, y no porque tuviéramos vergüenza, si no porque nos queríamos olvidar cuanto antes de lo sucedido.

—Llegaron de sorpresa. – le contó mi novio. —No sabíamos que iban a venir...

—Y la noche anterior había sido nuestro aniversario. – expliqué. —Tantas semanas estando separados, vos viste...

—¡No! – se carcajeó nuestra amiga. —No me digas que los vió...

No tuvo que terminar la frase, porque asentimos, encogiéndonos un poco de la impresión.

Le tuvimos que contar en detalles una vez, y otra, cuando Facu despertó porque no paraba de reírse y hacer chiste sobre el asunto. Desde ese día, de hecho, habíamos sido el blanco de un montón de bromas que no nos permitirían olvidar nunca más semejante momento.

Nos la tuvimos que bancar como correspondía. Después de sorprender a la parejita en Carlos Paz en nuestro último año de escuela, nos habíamos puesto pesados también, haciéndolos sentir incómodos, y ahora nos tocaba a nosotros.

Merendamos en casa, y después de mucha charla y risas, nuestros amigos se fueron a descansar.

Tendríamos que habernos puesto a lavar la ropa de las mochilas, o mínimo haber ordenado un poco lo que habíamos llevado para el camping, pero no.

Esa noche, estábamos solos después de cuatro días, en la comodidad de nuestro hogar, y lo queríamos disfrutar.

Dejamos todo para el día siguiente, y después de un baño calentito, nos acostamos a ver algunos capítulos de “Friends”, entre mimos y abrazos.

Divina Capitulo 80



Dia 3

Cuando abrimos los ojos, los efectos de haber nadado de noche estando ebrios y despues haber tomado frio al salir, se hacian sentir. Yo no me podia ni mover.

Me dolia el cuerpo y sentia la garganta rasposa, y Pepe no paraba de estornudar.

El dia estaba nublado, y se habia puesto fresco.

-Nos quedamos durmiendo en las carpas. -dijo Facu que tenia la nariz tapada y cara de resaca mientras desayunabamos.

-no seas aburrido. -critico Pepe un poco afonico.- vayamos a pescar.

-buenisimo.- dijo May, con una sonrisa falsa. -se van cerca de las piedras del sapo a ver si pescan mi short de jean, que tenia un brillito de labios en el bolsillo.

Me rei viendo como los chicos ponian los ojos en blanco. Mi amiga seguia estando irritable.

-eso. -acepto mi novio con otra sonrisa, igual de falsa para hacerla enojar – o voy y pesco un par de sapos y los escondo en tu bolsa de dormir.

-te vas a quedar sin novio, Pau. -me aviso- lo voy a matar antes de que lleguemos a Cordoba, si sigue haciendose el boludo.

Ya aludido le soplo un besito y se rio a carcajadas.

Ya con el estomago lleno, nos sentiamos humanos, y fuimos a buscar un buen sitio para pescar.

El rio estaba algo revuelto, pero nos habiamos asegurado por la gente del camino que no habria crecidas, y que no habria problemas ni peligros.

Cañas en mano, Pepe y Facu eligieron, según ellos, el mejor lugar y se quedaron alli sin moverse... por horas, mientras charlaban.

Con May nos aburrimos despues de cinco minutos, y nos fuimos a pasear entre las piedras.

Aunque estaba con cara larga por la trasnochada que nos traia a todos algo destruidos, la veia mejor.

Me miro sonriente y entendi.

-me vino.-dijo feliz por primera vez en su vida. Me rei de que nunca antes algo como eso nos hubiera hecho sonreir, pero ahora, estabamos que dabamos saltos.

-¿ya no voy a ser tia? -bromee.
-ni lo digas. -me callo, tapandome la boca. -por Dios, que susto.

-si, May. -reconoci.- me tenias muy preocupada.

-¿y yo?.- se rio.- no podia pensar en otra cosa.- se tapo la cara con las manos y suspiro aliviada. -de ahora en mas, me voy a cuidar de todas las formas que pueda.
La entendia.

Sentiamos esa posibilidad como algo muy lejano, tan vez sin ser conscientes de las consecuencias que traia, hasta que nos lo habiamos tenido que plantear de repente. ¿dicen que el 90% seguro? ¿99%?. Daba igual. Bastaba con un 1% para ponerle a uno los pelos de punta.

Sintiéndolo como si fuera ella, un peso sobre mi espalda se aflojaba. Mi amiga era como mi hermana, y me tocaba de cerca cualquier cosa que pudiera afectar su vida.

Y eso sin dudad lo hubiera hecho.

Relajadas, nos pusimos a charlar de otras cosas, entre ellas claro, el cuerpazo de nuestro vecino de campamento, Lucho.

Si, estabamos felizmente de novias las dos. Pero el chico estaba para hacerle un monumento... no podiamos negarlo. No estabamos ciegas.

Horas mas tarde, fuimos al pueblo a comer.

Con el dia gris, se nos habian antojado unas buenas pastas. Y justamente eso habiamos comido hasta no poder ni respirar.

Llenos como estabamos, decidimos que lo mejor era dormir una siestita, asi que regresamos a las carpas y quedamos en juntarnos a la hora de la merienda para tomar mate.

El dia se prestaba para hacer cucharita, abrigados y tapados hasta las orejas.

Esos, por lo menos, eran los planes que teniamos apenas nos acostamos.

Pero claro, luego de un rato de estar abrazados, empezamos a besarnos y tocarnos...y el sueño se nos fue.

Cuando asomamos la cabeza fuera de la carpa, ya era de noche. Nuestros amigos se rieron un poco, porque no era dificil adivinar que habiamos estado haciendo.

Si la ropa arrugada y el cabello alborotado no alcanzaba, nos delataba el hecho de que eramos ruidosos, y nos dejabamos llevar cuando estabamos juntos.

Queriamos hacer pizzas a la parrilla, y como se cocinaban en minutos, y teniamos todos los ingredientes listos en la heladera portatil de May, buscamos en que ocupar el tiempo.

Pepe habia traido una pelota de futbol, y nos disputamos un partido 2 contra 2.

Las chicas, contra los chicos.

Por supuesto, nos ganaron por goleada, pero nos habiamos divertido muchisimo.

Habian querido enseñarnos a patear mejor, o por lo menos a no escapar a la pelota, pero habia sido en vano. Ya se sabe que lo nuestro no eran los deportes.

A mi favor, tenia que decir que gracias a spinning, estaba en buen estado fisico y a diferencia de May, no me faltaba tanto el aire despues de correr.

Pepe, orgulloso, me felicitaba con palmaditas en el trasero. Cosa que desencadenaba, en que yo se la devolviera y despues nos estabamos persiguiendo para ver quien pegaba mas fuerte.

Muertos de risas, dimos por terminado el partido, nos duchamos con agua helada y preparamos todo para la cena.

Comimos, y nos quedamos charlando hasta tarde. Tal vez por la descarga de adrenalina que habia sido jugar a la pelota, no podiamos dormirnos, asi que salimos a pasear.

Como sucede en todos los campamento, nos pusimos a contar historias de terror. Mas bien, experiencias reales que nos habia contado alguien, que claro, nos daba miedo.

Pocas cosas asustaban mas a Facu que estos temas.

El chico ponia agarrarse a las tromapadas con quien sea, pero si se hablaba de fantasmas, salia corriendo.

Pepe bromeaba y exageraba sus relatos al proposito para ver como se ponia su amigo.

Con May, nos habiamos abrazados y estabamos pendientes de cada sombra que veiamos.

Estábamos cruzando el camino al rio, cuando escuchamos que algo se movia a nuestras espaldas.

Los cuatro, saltamos pegando un grito y salimos corriendo hacia las carpas sin mirar atrás.

Hasta mi novio, que era supuestamente tan valiente, se habia pegado un susto de muerte.

Tal vez fuera una liebre, un sapo, o simplemente algun pajaro de alli, pero no nos quedamos a ver, ni locos.

Estaba oscuro, y hacia frio, asi que los chicos de los otros campamentos no salieron a caminar por el campo. Habian prendido un fogon y creo que iban a hacer otra guitarreada.

¿Que hicimos nosotros?


Acurrucados, nos apretados e incomodos, pero por lo menos, no teniamos tanto miedo.

Si, si. Teniamos diecinueve años, lo juro. Aunque a veces no lo parecia.

domingo, 28 de agosto de 2016

Divina Capitulo 79

Dia 2:

Al otro dia nos levantamos temprano, para poder usar las duchas, pero de todas formas tuvimos que hacer una fila eterna hasta que fue nuestro turno.

Todos se bañaban a la mañana, porque despues mas tarde, se acababa el agua caliente, y nadie queria congelarse.

Aunque todo tenia aspecto de limpio, nos metimos con ojotas y traje de baño puesto por su acaso, y nos bañamos rapido.

Desayunamos los bizcochitos que nos quedaban, mientras les pediamos agua mineral caliente a nuestros vecinos para hacernos unos te. Cuanto antes teniamos que ir al pueblo en busca de comida y cosas ricas para merendar.

Al rato fuimos al rio, que estaba mas lindo que ayer, y nos metimos contentos a la zona que tenia el agua mas cristalina. Se estaba demasiado bien para salir.

Habia una cascadita entre las piedras, que era ideal para hacerse masajes en la espalda. La verdad, era un paraiso.

Pepe y Facu, aprovecharon que habia partes mas profundas, para arrojarse desde zonas altas y nadar. Y nosotras tomamos sol relajadas.

Mi piel ya casi queria acostumbrarse al sol. Casi.

Los chicos que habiamos visto en la guitarreada, llegaron y se ubicaron cerca nuestro saludandonos.

Macarena y su bikini negro era todo un espectaculo. Algunos hombres ni siquiera se molestaban en disimular que la miraban, y se ganaban el regaño de sus esposas, o novias que los descubrian con la boca abierta.

Justo en ese momento, nuestro novios, decidieron venir a donde estabamos nosotras a tomar sol. ¿casualidad? No creo.

En eso estabamos hasta que Lucho, el hermano mayor de los chicos que teniamos sentados al lado, llego con su bañador rojo cayendole por la cadera, y saludando a todos con dos besos.

Decir que tenia buen cuerpo, era quedarse corto. El pecho marcado y unos abdominales perfectos, que terminaban en una V impresionante.... wow.

En pocas palabras, tenia un lomazo.

Con May nos hicimos las distraidas, pero la verdad es que la mandibula se nos habia caido al piso. Era un bombon.

Es que para colmo, el chico se habia puesto a estirarse en un costado y hacer flexiones. No se si lo hacia para llamar la atencion, pero estaba para que mas de una se pusiera de pie y aplaudiera. Yo no, claro.

Yo estaba de novia.

Pero mirar no le hacia daño a nadie...

Eso estaba pensando cuando senti un pinchazo en el brazo. Me gire para ver a Pepe con cara de pocos amigos pellizcándome, como habia le hecho yo la noche anterior.

-¿que? -pregunte de manera inocente. -no lo estaba mirando.

Puso los ojos en blanco y se levanto para volver al agua.
Despues de las doce, fuimos al pueblo para hacer compras, y de paso, almorzar. No le dije a May que Pepe sabia lo que le sucedia y ahora me sentia bastante culpable. Sobre todo porque mi novio no era mur disimulado, y mas de una vez lo habia descubierto mirandole la barriga.

Era para matarlo.

Pasamos lo que quedo del dia paseando y conociendo puestos de artesanos preciosos en los que compramos algunas cosas que nos gustaron.

Habia uno en particular, que tenia gemas y cuarzos de todas las variedades. No podia parar, todo me encantaba.

Mi novio me regalo una pulserita que me hacia juego con el anillito y yo le regale otra sin piedras, pero tejida de colores.

-si no la sacamos ya de aca, se queda a vivir- dijo mi amiga tirando de mis hombros. A ella le iba mas lo que era plata y oro para sus accesorios.

Entre risas, volvimos al camping cuando empezaba a oscurecer.

Esa noche ibamos a hacer hamburguesas, y la previa era comida chatarra, mientras poniamos musica. Papas fritas y mani con cerveza.

La carne tardaba en cocinarse, y para cuando fuimos a cenar, ya estabamos un poco mareados y risueños.

Mientras, bromeábamos, bailabamos y de paso comiamos, las botellas de cerveza vacias siguieron sumandose.

Divertidos, y si, bastante ebrios tambien, decidimos darnos un bañito en el rio, porque entre tanto baile, nos hacia calor.

Habia humedad y la noche estaba sofocante.

Tropezando llegamos a la playita que teniamos cerca, donde el agua mas profundo me llegaba al menton como mucho, y nos desvestimos.

-Ey. -nos llamo Facu. -no tengo traje de baño. ¿se animan a meterse desnudos?

Logicamente, con el estado que traiamos, un desafio era de lo mas emocionante, y no dudamos.
Ademas no habia nadie cerca que pudiera espiar. Entre nosotros habia confianza, y estabamos borrachos. No nos paramos a meditarlo.

En tiempo record nos desvestimos y nos tiramos al agua rapido para que nadie nos viera.

Estaba bastante mas fria de lo que parecia, pero una ves dentro, uno llegaba a acostumbrarse.

-¿que es eso? -pregunto Pepe señalando una piedra.

-un sapo. -contesto Facu, tranquilo.


-¿¡que!? -chillo su novia- ¡me muero! Que ascooo.

Nado hacia el otro extremo en un ataque de histeria.

El pobre sapo estaba quieto sin siquiera mirarnos. A mi no es que me encantaran esas criaturas, pero tampoco tenia el miedo irracional que mi amiga tenia.

Pepe, que cuando se emborrachaba se ponia pesado, fue hasta la piedra y agarro el pobre animalito y entre risas se lo llevo a May para asustarla.

-sali con eso, que asco. -grito- ¡sali! No es gracioso, odio los sapos.

-¿y vos te vas a ir de mochilera? -se rio mi novio. -¿y si en una de esas pensiones en las que van a parar se encuentran un raton? ¿que vas a hacer? No son hoteles cinco estellas.

-lo voy a guardar en la mochila y cuando vuelva te lo voy a hacer comer, pelotudo. -dijo furiosa. Claramente seguia de mal humor. -sacame esa cosa, que no la puedo ni ver. -agrego tapandose los ojos con las manos. -Facuuu -llamo a su novio. -decile que la termine.

-Pedrooo -dijo su amigo.-basta, pobre. La esta pasando mal.

-ok. -accedio- ya no molesto mas.

Y despues abrio las manos y el sapo cayo en el rio y empezo a nadar desconcertado. Los gritos de mi amiga al ver que se le acercaba, deben haber llegado hasta el pueblo.

Facu, nadando, habia tenido que cargarlo y llevarselo lejos, porque May estaba por llorar.

Me cruce de brazos enfadada, al ver que Pepe seguia riendose.

-ey, era un chiste. -dijo secandose las lagrimas que le saltaban por la risa. -perdoname May, no lo hago mas. -dijo un poco arrepentido, pero mi amiga solo le levanto el dedo medio como respuesta.

Mas tarde nos hizo frio, y quisimos salir. Buscamos la orilla donde estaba nuestra ropa, pero ya no habia nada ahi.

¿que?

Como locos, recorrimos el lugar, sumergidos todavia, para encontrarnos que la habiamos dejado tan al borde, que el viento la habia tirado al agua.

Mierda.

La corriente se habia llevado algunas prendas, y las que quedaban, estaban empapadas.

Media hora de insultos despues, asumimos que nos tocaba volver al campamento semidesnudos.

Yo habia podido rescatar mi braguita, pero era blanca asi que era lo mismo que nada. May tenia su camiseta azul y su novio su boxer gris. Pepe no habia tenido tanta suerte. Encontro solo una ojota.

Un ruido entre los arboles nos sobresaltó.

Los hermanos menores de Lucho, Franco y el Tano, nos estaban mirando y se morian de risa.

-ni se les ocurra mirar. -amenazo mi novio, mientras me tapaba con su cuerpo. Pero ya era muy tarde, nos habian visto.

Facu tomo la delantera, ocultando a su chica como podia, y corriendo, fueron hasta su carpa.

Yo tenia ambas manos en mis pechos y no queria salir del agua porque mi ropa interior era como no llevar nada puesto, y me moria de vergüenza.

Los hermanos se habian ido, pero yo no sabia si habia mas gente de otros campamentos por alli.

Pepe, al verme insegura, y de paso muerta de frio, se paro por detras de mi y me tapo la delantera con los dos brazos.

-tapate abajo y sali corriendo conmigo. -me animo. -no dejo que nadie te vea.

-se me ve todo. -me queje.

-si te tapas, no. -me aseguro. - y si alguien te ve, le aranco la cabeza a patadas.

Eso ultimo lo dijo un poquito mas fuerte, por si los chicos se habian quedado por ahi cerca y escuchaban.

Haciendole caso, salimos del agua a las corridas, y aunque era dificil ponernos de acuerdo y no caernos de boca al piso, en poco tiempo, veiamos cerca nuestra carpa.

Ya mas tranquila, porque no habia nadie mirando, me di cuenta de que tenia a Pepe clavado en la espalda, y cierta zona de su anatomia estaba de lo mas animada...

-ey -le dije dandole un codazo.

-perdon. -dijo riendose- es involuntario.

-ya podrias soltarme.-me rei de como me tenia todavia muy sujeta por los pechos y ya nadie podia vernos dentro de la carpa.

-si, si. -dijo con una sonrisa picara. -ahora te suelto. En un ratito...

Pero lo cierto es que no me molestaba, todo lo contrario.

Minutos despues, las ganas que se nos habian ido la noche anterior, volvieron con mas fuerza que antes y no se a que hora fuimos a dormirnos por fin.

Y cuando lo hicimos, fue abrazados, y con una sonrisa de oreja a oreja.


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mañana termina 

Divina Capitulo 78

Camping

Dia 1:

Aunque habiamos querido salir temprano para aprovechar el dia al maximo, entre una cosa y otra, nos fuimos cerca del mediodia. Apenas llegamos teniamos tanto hambre, que nos pusimos a pensar que podiamos comer.

Los chicos estaban antojados de asado, asi que mientras nosotras tomabamos sol, ellos se fueron al mercado que estaba sobre la ruta a comprar carne, carbon y todo lo que hacia falta para cocinarla.

Comimos riquisimo, y sin perder tiempo, nos fuimos a disfrutar del rio.

Hacia calor y el agua estaba fresquita. Ya podia sentir como el sol me quemaba la piel y lo lamentaria cuando estuviera roja como un tomate. Mi novio, me habia advertido, queriendome cuidar, pero es que se sentia yan bien, que con un poco de protector, me puse a descansar sobre una piedra.

A la hora de la meriendo, tomamos mate con bizcochitos, y jugamos a las cartas.

Como conocia a mi novio, me puse en su equipo. Jugabamos al truco, pareja contra pareja, y obviamente salimos ganadores.

Vamos decir que yo no tenia ni idea como se jugaba, pero Pepe me iba indicando, mientras, claro, hacia trampa como el mejor.

Yo lo unico que tenia que hacer es evitar reirme para no delatarlo, y a veces me costaba muchisimo.

Al ser los vencedores, no tuvimos que lavar los platos y cacharros utilizados en el almuerzo. Les tocaba a ellos.

Mas tarde, cuando terminaron, fuimos a armar las carpas y terminar de instalarnos.

Los sectores de camping estaban bien divididos, y aunque a una distancia media teniamos otras carpas de otras personas, estabamos bastante aislados, y teniamos cierta intimidad.

Los baños quedaban realmente lejos, y tener que ir, era toda una odisea. Mas que nada, porque eran de lo mas rusticos, y si una estaba acostumbrada solo a su baño, podia tener difilcultades.

Si tenia que hacer, me mentalizaba, y casi siempre le pedia a May que me acompañara para que me hiciera apoyo moral. Era terrible, y ella me tenia poco paciencia.

Mas alla de eso, notaba a mi amiga un poco rara. Estaba callada y pensativa. Mi primera suposicion, era que se habia peleado con Facu, pero no. estaban muy bien juntos.
Le pregunte un par de veces, pero me aseguro que no era nada, y yo
no le crei. A mi no me mentia, algo la tenia preocupada...
Desarmamos las mochilas y despues de haber levantado las dos carpas, buscamos las bolsas de dormir y las mochilas en el baul del auto de Facu.

-ay no. -dijo mi amigo mirando con terror. -me olvide una bolsa de dormir, amor. Vamos a tener que compartir.

-¿me estas jodiendo, Facundo? -estallo- te pregunte veinte veces antes de salir si tenia todo. Me dijiste que te habias fijado y no te fijaste nada.

Resoplo.

Queriendo apaciguar el ambiente, intercedi.

-si quieren, pueden usar una nuestra. -sugeri con una sonrisa.

-Pau entre en mi mochila y le sobra espacio todavia. No me molesta compartir bolsa de dormir con ella. -dijo Pepe, para hacerse el gracioso, abrazándome. -de paso dormimos pegaditos- agrego en mi oido haciendome sonreir.

-que... y yo no entro con Facu porque estoy gorda. ¿no? -ladro molesta.

Ay Dios, en la que nos habiamos metido por querer ayudar.

Antes de que mi amiga nos siguiera peleando, tome a mi novio y nos fuimos a caminar por ahi, dejando a la parejita sola, para que se amigaran, o se sacaran los ojos.. pero lejos nuestro, asi no nos salpicaba el problema.

Esa noche, despues de cenar, los chicos del camping del lado nos invitaron a una guitarreada que hacian.

Para no caer con las manos vacias, llevamos unas gaseosas que habiamos comprado y nos unimos al grupo que estaba ubicado alrededor de un fogon.

Conocimos a dos chicos que eran hermanos, Franco Y “El Tano”, que tenian quince y diecisies años, muy simpaticos y que no paraban de hablar de videojuegos. Habian ido al camping con su hermano mayor, Lucho, que era el que estaba cantando guitarra en mano una cancion de Los Piojos.

Ademas de ellos tres, habia una chica del campamento vecino que se llamaba Lucia y estaba prendida a su libro. Debia ser muy atrapante, porque solo habia levantado la vista para saludarnos y despues se habia puesto a leer nuevamente.

Ella estaba con su hermana, Macarena, que estaba en el bañoy luego vendria. Todos eran de Buenos Aires, y estaban conociendo Cordoba por primera vez, asi que a medida que nos preguntaban, les fuimos contando de nuestra provincia y los lugares lindos que podian visitar.

Nos acomodamos entre ellos y charlamos pasando un rato de la mas agradable.

-y todas las cordobesas son asi de lindas? -pregunto el Tano, que era el mas bromista, guiñandonos un ojo a May y a mi. Al parecer no se habia percatado de que Pepe y Facu eran nuestro novios, y nos hizo gracia.

-no, pero todos los cordobeses si somos asi de celosos. -advirtio mi amigo levantando una ceja.

Franco y su otro hermano se rieron del pobre y animaron a nuestros novios a que le dieran su merecido por atrevido.

Las bromas siguieron por un bun rato, hasta que vimos que una chica se acercaba. La hermana de Lucia, Macarena venia para sumarse y nos saludo a todos animada.
Vestida con un short de jean y una remerita liviana, habia dejado bizcos a todos los hombres. Y no es que fueran todos unos babosos, es que esta chica tenia el par de pechos mas grandes y perfectos que hubiera visto. Y parecian rebotar alegres mientras ella caminaba. Con May intercambiamos miradas y nos reimos disimuladamente. Aunque no nos simpatizara demasiado la reaccion de Facu y Pepe, habia que reconocer lo bien dotada que estaba la chica. Aunque tan vez no eran naturales.

¿envidia? Nah... para nada.

Mi amiga me hizo señas para que la acompañara al baño, asi que me gire para avisarle a mi chico que ta volvia, pero no creo que llegara a oirme. Concentrado como estaba con semejante escote.

Molesta, le di un pellizco en el brazo que lo hizo gritar, y me fui con May en busca de los baños.

Una ves alli, nos turnamos mientras le cuidabamos la puerta a la otra porque no tenia traba, y nos pusimos a comentar sobre el dia que habiamos pasado, y claro, sobre la tetona.

Nos reimos un rato, y aprovechando que estabamos solas, le pregunte que era lo que le pasaba porque no le creia cuando decia que nada.

-pasa que estoy un poquito nerviosa. -confeso- me tendria que haber venido hace una semana, y nada -se mordio una uña mientras me miraba. Mierda.

-¿seguis tomando pastillas, no? -me asegure. Ella asintio - ¿te olvidaste alguna?

-no, para nada. -saco su celular y volvio a hacer cuentas. -nunca se me atrasa.

-bueno, tranquila. -dije sintiendo que se me congelaba la sangre, pero perder los nervios no serviria de nada. No queria que entrara en panico tampoco -seguro es por el cambio de ritmo, y ahora en las vacaciones al estar mas tranquila.. y.. -no habia mucho que pudiera decirle para calmarla.

-me estoy volviendo loca. -me dijo- estoy tan asustada, que estoy con un humor horrible.

-me di cuenta. -comente.

-Pau, ponete en mi lugar. -pidio tapandose el rostro.- estarias igual, o peor que yo.

Mierda. Sin dudas peor.

-¿que vas a hacer? -pregunte abrazandola por los hombros.

-ahora nada. -contesto- estamos en un camping en el culo del mundo. -exagero- pero supongo que cuando volvamos, vere... antes de irme de viaje. La puta que me pario. -se quejo.

-podemos ir al pueblo mañana y pasar por una farmacia. -sugeri.

-aja... ¿vos estas loca? -grito- Facu se va a enterar, no en pedo. No.

-¿queres que invente que me siento mal para volvermos a Cordoba? -se me agotaban las soluciones, y no me gustaba ver a mi amiga asi de preocupada.

-no, esta bien. -me abrazo con una sonrisa. -pero crucemos los dedos para que me venga rapido.

-bueno, pero no te vas a poder meter al rio. -bromee.

-no me importaaa. -se rio mi amiga- prefiero eso.

Asenti y despues de quedarme un ratito con ella y cambiarle de tema para distraerla, volvimos con los demas.

Cerca de las dos de la mañana, decidimos que habiamos tenido un dia muy largo y mejor nos ibamos a dormir.

Yo, que estaba totalmente insolada, sentia que la piel se me prendia fuego. A la hora de ponerme el pijama, habia querido llorar.

-te dije que durmieras sin ropa. -dijo Pepe encogiéndose de hombros.

-si, ¿y si tenemos que salir rapido de la carpa por una emergencia? -pregunte.

-salis envuelta en la bolsa de dormir. -soluciono entre risas. -ademas te ahorrabas el trabajo. -me susurro besandome el cuello por debajo de la oreja. -porque ahora te lo voy a sacar de todas formas.

Cruce mis brazos por detras de su cabeza, y aunque el espacio dentro de la carpa era bastante reducido, no necesitamos mucho mas.

Despues de un buen rato, agitados, y casi a punto de perder el control, le puse una mano en el pecho para frenarlo. Estaba a punto de hundirse en mi, pero la charla que habia tenido con mi amiga me perseguia.

Levante la cabeza buscando sus ojos que me miraban desconcertados.

-¿que pasa, mi amor? -pregunto separandose mas para mirarme. -¿te hice doler?

Negue con la cabeza, recuperando un poco el aliento asi podia hablar.

-por casualidad no trajiste... -agito apenas la cabeza alentandos a terminar la frase. - ¿proteccion?

Fruncio el ceño y se quedo pensando.

-no, no traje. -se bajo de encima mio y me miro sin entender.  ¿tenia que traer?- dudo- no estuviste tomando antibióticos, ni te olvidaste de tomar las pastillitas... -enumero.

-no me hagas caso. -negue con la cabeza. -estoy un poco paranoica. -lo mire entornando los ojos, y como parecia desconcertado y poquito asustado, le tuve que decir lo de May. -si te cuento un secreto, ¿me prometes que te quedas callado y no se lo decis a tu amigo?

Esta de mas decir que todas las ganas que teniamos, se nos fueron de golpe y no sabiamos ni que decir.

Nadie queria decir las palabras en voz alta, porque francamente a nuestra edad, era terrorifico.

Asi que nos dormimos un poco tarde, habiendo decidido cuidarnos por un buen tiempo, con pastillas y condones al mismo tiempo.

Mañana Pepe iria al pueblo y compraria hasta que volvieramos a Cordoba.


Divina Capitulo 77


Febrero:

Como siempre, el dia de mi cumpleaños empezaba con una lluvia torrencial típica de una tormenta de verano. Mire por la ventana con una sonrisa, mientras Pepe me tenia abrazada por la cintura. Estaba un poco molesto porque su idea era despertarse temprano y prepararme el desayuno, y como anoche nos habíamos quedado hasta tarde festejando mis diecinueve años, no había escuchado su despertador. Ya estábamos cerca del mediodía, y se suponía que teníamos que ir a almorzar con mi familia.

-mañana te hago el desayuno. –prometio con la voz ronca de recién levantado.

Me gire para darle un beso, y lo vi todavía con los ojos cerrados, respirando profundo. El pobrecito todavía no terminaba de amanecer. Pase mis manos por su cabello despeinado, y estiro su boca para que le diera un piquito.

-sos muy lindo cuando recién te levantas. –dije entre risas y besos. Él negó con la cabeza sin separar sus labios de los mios y me arrastro a la cama.

-bueno por lo menos te doy tu regalo antes de irnos. –se estiro desperezándose y fue a buscar en su mochila a la sala. De allí vino con una bolsita de carton rosada y me dio un beso en la cabeza –Feliz cumpleaños.

Abri y me encontré con un conjunto de encaje blanco y rosado. Lo mire de manera acusatoria y me rei.

-¿no era que no tenia sentido la ropa interior bonita? –y esta era muy, muy bonita. Me daba gracia imaginármelo en el shopping comprando para mi.

-bueno, pero para vos si tiene sentido –dijo haciéndose el desinteresado. –y te quise hacer un regalo que te gustara.

-aja- lo mire entornando los ojos hasta que no pudo mas y me termino medio sonriendo con su mirada picara. –a vos también te gusta. Te encanta.

-meh… -hizo con las manos un gesto de “mas o menos” y nos reimos.

-o sea que te da lo mismo si ahora me lo pruebo para ver como me queda –desafie levantando una ceja.

-si ahora te lo probas, probablemente lleguemos muy tarde a almorzar con tus viejos. –me advirtió mientras sus ojos iban siguiendo los movimientos de mis manos al quitarme la remera de mi piyama.

-¿¡viste!? –dije riéndome triunfante- yo sabia que te gustaban.

-vos me gustas, te pongas lo que te pongas. –contesto casi en un ronroneo, acercándose y robándome un beso de eso que tanto le gustaba dar, y a mi recibir. Teniéndome sujeta de la nuca con una mano, y la otra levantándome mas la remera, mientras la respiración se nos alteraba y nos hacia jadear, pegándonos al otro.

Imitandolo, tire de la tela de su camiseta y se la quite a las apuradas.

Por la intensidad que estaba tomando el asunto, podía adivinar que íbamos a llegar bastante tarde, pero entre risas y besos nos dio igual. Ya no podíamos parar.

El almuerzo con mis padres fue agradable. Nos cansamos de comer cosas ricas y nos reimos acordándonos en anécdotas de cuando era mas pequeña. Yo les había pedido que no me compraran nada, y que en todo caso, de regalo me dieran plata, pero nunca me imagine que iban a ser tan generosos.

Ahora que vivía con Pepe, tenia nuevos gastos, pero también extrañaba darme algunos gustos, que con este dinero podría. Nos despedimos de ellos con un abrazo cariñoso agradeciéndoles por todo.

Cerca de las cuatro de la tarde, llegaron Facu y May, como era costumbre y nos pusimos a charlar y pasar el rato.

Entre los tres, con Fran, me habían comprado todas las temporadas de DVD de “Friends” que me faltaban para completar la serie y estaba feliz.

Además de eso habían traido algo mas en una caja, que era otra sorpresa.

-este regalo en realidad es mio, pero no podía tenerlo aca y que no te dieras cuenta. –explico mi novio.

Lo abri ansiosa y me encontré con una maceta redonda algo profunda con muchas plantitas de diferentes especies.

-es un jardin miniatura para el balcón –aclaro- para que lo dejes ahí, lejos de ….. la cancha, el arco y las pelotas.

Me rei por sus ocurrencias y me acerque a verlo mejor. Era precioso y todo chiquitito.

-es perfecto- me gire para besarlo colgada de su cuello mientras le daba las gracias. Tome mi mini jardín y lo cargue para llevarlo al lugar que iba ocupar –es muy lindo- dije enternecida.

-¿si?- pregunto mi chico susurrándome al oído. –a mi me gusto mas mi otro regalo…. –sonrei recordando lo mucho que le había gustado, mordiéndome el labio.

-bueno, parejita…. –dijo Facu.- a ver si se separan un ratito que están tocando el timbre y debe ser Fran.
Facu y Fran se pusieron a cocinarme una torta de chocolate, mientras los otros poníamos música y bajábamos a comprar bebida y otras porquerías para comer.
Después de una cena improvisada, y con unas cuantas cervezas encima, salimos a bailar.

El boliche, gracias a Dios tena patio, asi que podíamos refrescarnos cada tanto y disfrutar de la noche hermosa que hacia. Se suponía que en los meses de vacaciones, los estudiantes, que eran los que habitaban el barrio de Nueva Cordoba, se iban a sus cuidades de procedencia y no quedaba nadie. Pero el lugar estaba repleto.

Como siempre hacíamos, nos pusimos a bailar entre osotros y la pasamos genial. Pepe, que desde que me había visto puesto el conjunto que me había regalado debajo, estaba super cariñoso, me decía al oído que estaba preciosa y que me quería comer a besos. Lo conocía, y sabia que en un rato estaría insistiendo para que volviéramos a casa para poder estar solos.

Me cantaba al oído, mientras sus manos se paseaban por mi espalda y nuestras caderas se movían al mismo ritmo. Bueno, penándolo mejor, yo también quería irme a casa…

Nos miramos entendiéndonos, y fuimos a ver donde estaban nuestros amigos para despedirnos.

Buscamos entre la multitud y dimos con ellos bailando al medio.

-ey, ¿ese no es? –pregunto mi novio.

-si, Pablo. –el novio de Fran, bailaba muy cerca de una rubia con piernas divinas y le besaba el cuello abrazándola. Mierda.

-¡Pablo! –grito nuestro amigo que acababa de verlo también. ¡mierda!

El aludido se dio media vuelta sorprendido y al ver a su novio no supo donde meterse. Nos había dicho que no podía salir porque tenia que ir a visitar a su familia, y ahí estaba. Engañando a Fran.


Y eso no era lo peor de todo. La rubia, giro mirándonos y sonrio con gesto malvado. Jazmin.

Todos nos quedamos con los ojos como platos. Esa chica era de lo peor.

Pepe, que no podía con su genio, y molesto por como acababan de lastimar a su amigo, agarro a Pablo del cuello de su camisa y lo insulto. Creo que estaba amenazándolo, porque empezó a empujarlo y a cerrar los puños. Ahora qe sabia boxear, podía llenarle la cara de dedos, pero no lo hizo. Un guardia del tamaño de un ropero, nos saco a tiempo, evitando que se armara peor.

Fran volvió con nosotros a casa, y se quedo a dormir en el sillón esa noche porque estaba triste y no quería estar solo. Con Pepe lo consolamos y tratamos de distraerlo para que se sintiera mejor.

Pobre amigo, tanto que le gustaba Pablo y había resultado ser un idiota. Y esa Jazmin era una …. Bruja que destruia todo a su paso.

Me guarde mi opinión, pero me gusto ver que mi novio por fin se daba cuenta de la clase de persona que era. Ellos no se hablaban desde hacia meses, y ahora después de esto, ya no lo harian nunca mas.

Algunos días después, nuestro amigo ya se sentía bien, pero no quería saber nada de hombres, y los recuerdos lo ponían melancolico. Asi que se fue a su cuidad para que su familia lo mimara como se merecia.

A Facu se le ocurrio que en lugar de irnos de fiesta para la despedida antes de su viaje, podíamos irnos de campamento los cuatro.
No íbamos a necesitar mucho dinero, y la idea era pasarla bien y estar juntos, asi que no dudamos.
Yo podía tomarme unos días de vacaciones. Silvia hacia semanas que me los ofrecia.

El lugar elegido quedaba en las Sierras y en auto no estaba mas de dos horas y media. El camping estaba cerca de un rio y tenia algunas comodidades basicas, aunque había que llevar carpas y bolsas de dormir.

Armamos dos bolsos con lo necesario para pasar cuatro días y tres noches fuera y partimos.


Divina Capitulo 76




Una semana despues, nos estabamos comprando una mesa mas grande en el que entraban cuatro sillas. Un lujo que nos permitia tener invitados de vez en cuanto, y en la que se podia dibujar, escribir y poner adornitos.

Como fue mi macetita lila que tenia una florcita a tono, muy delicada y femenina. La amaba. La cuidaba con todo cariño y hasta le habia sacado fotos para Instagram.

Habla de pasado, si.

Pepe, se habia puesto a jugar a los penañes con una pelota improvisada hecha de calcetines.

Yo estaba en la computadora, contestando los mensajes de las lectoras de mi Blog, cuando escuche como se hacia trizas contra el suelo. Cuando fui a la sala, me encontre a mi novio mirando el piso con ambas manos en la nuca, y cara de culpable.

Le di mi peor mirada asesina mientras arrepentido iba a buscar una escoba para arreglar el lio.

Ese fue el dia que me di cuenta de que no iba a poder tener cosas lindas, porque no duraban.

Estuve un tiempo enojada, hasta que una noche que ibamos a salir, me estaba planchando el cabello y partimos apurados porque nuestros amigos nos esperaban.

Cuando volvimos a casa, el olor a plastico quemado inundaba el lugar, y habiamos tenido que abrir la ventana para respirar. Habia dejado la planchita enchufada, y ademas de arruinarla, habia quemando la zapatilla en donde estaba enchufada, el adaptador y habia dejado una marca en el suelo.


Fue mi momento para sentirme culpable y pedir disculpas. Podria haber causado un incendio,por Dios.

Nos llevábamos muy bien, pero cada uno tenia sus cositas que complicaban la convivencia.

Soliamos tolerarlas sin problemas, pero los dias que no estabamos de humor, estallaban las peleas.

Tenia que reconocerle que a pesar de todo, tenia mas cosas buenas que malas. Era muy generoso con su espacio. Nunca se sentia invadido, y no dudaba en compartir todo conmigo.

Estaba pendiente de mis necesidades, y era considerado con mis gustos. Sabia que odiaba comer ciertas comidas, y me tenia en cuenta cuando hacia las compras.

Ya desde la epoca en que solo eramos amigos, teniamos esta conexión. Una complicidad que por conocernos tanto, nos bastaba con solo mirarnos para comunicarnos. Las convivencia solo lo habia potenciado mas.

Muchas veces sentia que estaba viviendo con mi mejor amigo, y era genial. Con una persona que te ha visto en los peores y mejores momentos, no existen ni los pudores ni las verguezas. No me imaginaba dando este paso con nadie que no fuera él,definitivamente.

Ademas, habia que agregar que cada dia nos gustabamos mas.


Con Pepe de vacaciones, teniamos tiempo para pasar juntos y si habia algo en lo que nos pareciamos, era que los dos eramos por demas mimosos y cariñosos. No nos podiamos quitar las manos de encima, y eso nos hacia acordar a los dias de Bariloche.

De aquellos habia pasado un año, y todavia seguimos deseandonos de la misma manera.

Y tambien como en ese entonces, nuestros amigos se burlaban y 
nos decian conejos. Pero no nos importaba, es mas, lo aceptabamos. Nos encantaba, y se nos notaba.

Cuando nos quisimos dar cuenta, se nos habia pasado todo un mes.

Desde la editorial, me habian propuesto hacer una firma de libros para que conocieran mi cara y promocionarme, y como Silvia se habia ofrecido, la pequeña librería en la que trabahaba, seria usada como cede de dicho evento.

A mi no me convencia demasiado la idea.

La verdad, eque estaba aterrorizada de que nadie asistiera. Porque aunque mi editor decia que al libro le estaba yendo bien, de eso a que quisieran molestarse en venir para ver a una autora totalmente desconocida, era un monton.

Justamente la noche antes, no podia dormir y termine escribiendo sobre mis miedos en el Blog para desahogarme.

Estaban invitados mis familiares y conocidos, algunos compañeros del colegio, y gente que sabia que mis amigos llevarian.

Estaba histerica.

Cuando me desperte, Pepe me preparo un desayuno riquisimo y me ayudo a prepararme.

Me habia dejado el cabello suelto con suaves ondas, y me habia puesto un vestido magenta que con mis sandalias mas bonitas. Él tambien se habia producido un poco y se habia puesto una camisa blanca con sus mejores pantalones. Hasta se habia peinado.

Estabamos de gala, comparandolo con nuestro estilo de todos los dias.

Llegamos a la librería en dos minutos, y para mi desconcierto, ya habia algo de gente. Un poco mas calmada salude a las lectoras que se acercaban y me conocian.

En menos de una hora, el lugar se habia llenado y yo no sabia como, pero habia firmado ejemplares hasta acalambrarme y me habia tomado fotos con una cantidad imposible de chicas.

La mayoria me confeso que eran seguidoras de mi Blog, y que gracias a este, habian conocido mi libro y no al reves. Mi novio me miraba algo desesperado porque ademas querian una foto con él. Claro, despues de leer mis entradas, lo conocian, y se habian llevado una sorpresa agradable al ver que era guapisimo. Tenia su club de fans y todo. Mis amigos, que habian llegado un ratito despues, se burlaban y se reian de él, poniendolo incomodo.

En un momento, las chicas empezaron a revolucionarse y entre risitas se amontonaron en la entrada. Vistiendo una de sus camisas ajustadas y sus pantalones chupines negros, Fede, habia venido a verme. Sonrio y me saludo con un abrazo cariñoso.

-pero que linda estas. -me dijo al oido- mira todas las lectoras que tenes. Sos famosa, peque.

Me rei y le devolvi el abrazo.

-vos tambien estas lindo, nene. Me parece que te vas de aca con un par de fans. -nos reimos y me felicito por el libro, otra vez.

Habia llevado la copia que ya le habia firmado, pero como decia, queria tener un recuerdo de ese dia tambien, asi que volvi a escribirle algo.

Pepe que habia ido a buscar algo para tomar, se quedo congelado en el lugar sin saber que decir cuando lo vio. Los dos estaban iguales. Se miraban desde lejos y se estudiaban en detalle.

Nunca se habian caido bien, y se puede decir que mas de una vez habian tenido encontronazos en el pasado.

Fede, al reconocer que le correspondía, sonrio educado y lo saludo estirandole la mano.


-Hola Pedro -yo miraba el intercambio con los ojos abiertos como platos. Sin dudar mi novio no la estaba pasando bien con su presencia, pero no armaria lio porque no queria arruinar mi dia.

-Hola. ¿como estas? -contesto un poco frio mientras le devolvia el apreton, con un gesto hosco.

-Bien, gracias -me miro con su sonrisa llena de hoyuelos. -vine a felicitar a tu chica, me alegro muchisimo por su éxito.

Puse los ojos en blanco y le quite importancia a lo que decia con un resoplido.

-sos un exagerado. -dije-

-para nada. Es mas, te traje otra fan para que conozcas -le hizo señas a una chica que estaba en la entrada y se sumo a nosotros con una sonrisa enorme. -ella es Pau- le dijo señalandome. -Pau, esta es mi novia, Camila.

Era rubia con cabello ondulado y brillante, ojos azules muy expresivos y una boca naturalmente roja. Era preciosa.

-Vos sos Pau, mucho gusto. Por fin te conozco. -me saludo con mucha confianza dandome un beso. Se notaba que tenia una personalidad fuerte, y encantadara. -me encanto tu libro.

-¿de verdad? -pregunte emocionada.

-de verdad. -me aseguro con una risa contagiosa -me lo lei en dos dias. Estoy esperando que saques otro.... quiero saber como siguio la historia.

La chica tenia tanta buena onda, que en un rato, mi novio ya se sentia a gusto de estar ahi con mi ex, y podiamos tener entre los cuatro una conversacion civilizada y todo.

Para cuando se estaban yendo, Cami me habia tomado una foto con Fede y luego él nos habia tomado otra a nosotras. De no creer.

Lo mejor, es que se lo veía feliz. Mi ex parecía estar de verdad muy enganchado con su novia. Sabia que era cariñoso, pero con ella, lo era aun mas. La manera en que la miraba, no dejaba lugar a dudas. Finalmente se había enamorado.

Se despidieron promotiendo ponerse en contacto para salir a comer todos juntos y felicitándome nuevamente por mi novela.

Pepe que después de eso se había quedado muy callado, ayudo a Silvia a ordenar cuando la gente se termino de ir.

-¿Qué te pasa? –pregunte acercándome abrazandolo por la cintura cuando nos estábamos yendo a casa.

Con cara larga, y casi con un puchero de nene caprichoso se negó a responder. Luego después de un rato hablo, aunque muy bajito.

-¿vos lo invitaste? –no me había mirado, solo seguía caminando. Estaba celoso.

-no, pero sabia que hoy firmaba libros. –conteste- ya te dije que nos llevamos bien y somos amigos.

-si, pero un amigo con el que tuviste una historia. –refunfuño- y que te gustaba muchísimo.

-¿estas celoso? –lo frene obligándolo a que me mirara.

-bastante. –reconocio frunciendo el ceño.

Sonreí sin poder evitarlo, porque me derretían estas actitudes tan de él, y le di un beso largo en los labios.

-Fede me gustaba, pero no estaba enamorada –dije mientras lo besaba- solamente te ame y te amo a vos. Y tanto él, como yo, hicimos nuestras vida y estamos donde tenemos que estar.

Sonrio apenas, un poco mas seguro y pude sentir en su abrazo, como sus musculos se relajaban.

-bueno, no lo nombremos mas. –dijo contrayendo el gesto. –por hoy, ya fue mas que suficiente.

Me callo a fuerza de besos, y entre mimos, entramos a casa en donde nos olvidamos de todo y de todos hasta que horas después nos dormimos abrazados.

Los dos nos celabamos a niveles extremos, pero también sabíamos que ninguno engañaría al otro, y que nuestro amor era sincero. De eso nunca dudaríamos.

sábado, 20 de agosto de 2016

Divina Capitulo 75

enero: 

Los padres de Pepe se habian quedado dos semanas en Argentina. Sus intenciones habian sido pasar las fiestas con su hijo, y ya que estaban, aprovecharon para quedarse unos dias mas y pasear con él por todo lo que lo habian extrañado.

De mas esta decir que yo no habia vuelto a pisar el departamento en esos quince dias.

Si, era mi nuevo hogar, pero mientras mis suegros estaban, no habia espacio para mí. Literalmente.

El matrimonio estaba en la habitación y mi novio dormia en el sillon.

Pero bueno, habia valido la pensa esa pequeña separación, porque le habian dejado dinero y como ellos habian venido, él ya no tenia que viajar a verlos.

Me habian invitado a cenar para año nuevo, y yo al no poder encontrar a tiempo una excusa para negarme, sufri una noche de incomodidad, sintiendo la mirada de Horacio y Ana todo el tiempo sobre mí.

Pepe habia querido ponerle humor al asunto, pero no habia caso. Sus padres nunca superarían el habernos visto en esas circunstancias. Sinceramente, creo que yo tampoco. Me dan escalofríos de solo recordarlo.
Con lo exagerada que era la mama de mi chica, el chisme no habia tardado en llegar a los oidos de mis padres. Que tras preguntar si estabamos siendo cuidadosos, no pararon de hacerme bromas y de reirse cada vez que tenian oportunidad.

-es que piojo, como no se les ocurre cerrar la puerta. - decia mi papa tapandose el rostro- que verguenza con Ana, debe estar pensando cualquier cosa de nosotros.
-yo me hubiera muerto. -dijo mi mama aguantando la risa- que horrible, Pau. Creo que deberias quedarte en casa hasta que se vayan. Ana esta horrorizada.

Por supuesto no iba a discutir y seguir su consejo. Cuando menos los viera, mejor. Tenia suerte de que vivieran en España.

-imaginate la cara que deben haber puesto cuando entraron. -se rio mi papa ya sin poder aguantar aunque yo me escondia detras de mi cabello mortificada.

Ellos ya sabian que Pepe y yo habiamos dado ese paso en la relacion. No eran ningunos tontos, despues de Bariloche y meses de casi convivencia era obvio. Eran jovenes, y podia hablar de esos temas libremente con nosotros. Si, y tambien algo de vergüenza, logicamente.

Conocian a mi novio, y confiaban mucho en él. Pero sobre todo, eramos los dos mayores de edad, y ya no viviamos con nuestros padres, asi que ya no podian decir no hacer nada al respecto.

Cuando volvi, lo hice llevando algunas de mis cosas. Mis padres se habian tomado bien el hecho de que me estuviera mudando con Pedro. Lo sentian uno mas de ka familia, y ya habian asumido que era lo que yo queria.

Facu y May nos habian ayudado a trasladar los dos muebles que me acompañarian. Mi cuarto tenia pocas cosas, y no queria llevarmelo todo conmigo, porque el departamento era pequeño, y no tenia sentido. Asi que solo me fui con mi comoda y mi silloncito morado.

Eso si. Montones y montones de cajas llenas de pavadas que iban desde recuerditos, adornitos, hasta cuadernos de todos los tamaños y formas llenos de mis escritos.

Facu, que me estaba ayudando a guardar la ropa en una valija, no podia creer la cantidad de jeans que tenia.

-te conte por lo menos tres que son iguales. -dijo negando con la cabeza. - exactamente iguales, Paula.
-no son iguales. -me defendi.- ese de ahi tiene bolsillos mas grandes, y este otro tiene las tachitas doradas no plateadas.

-y los necesitas a todos. -entorno los ojos-

-a todos. -conteste muy seria.
-amiga, que hermosa este corpiñooo -grito May desde mi cajon de ropa interior, mientras se apoyaba sobre su torso la prenda viendo como le quedaba. -lo quiero. ¿donde te lo compraste?

-en el local nuevo que esta en la plata baja del Shopping. -me acerque para buscar algo.- mira este otro que tambien es de ahi. -el segundo era parecido pero en colores pasteles.

-¡que lindo! -dijo mi amiga encantada. -y este otro...

Su novio resoplo agobiado.

-no vamos a terminar mas a este paso. -se quejo.

-no se por que tanto interes en que la ropa interior sea bonita -dijo Pepe que estaba armando cajas para guardar mas cosas- nadie te la ve -razono- y cuando te la ven, suele durar poco puesta.

Con May pusimos los ojos en blanco, y Facu se rio estando de acuerdo.

-Deja de mentir, Pedro -dije con mis manos en la cintura- te encanta cuando me compro ropa interior nueva, y lo sabes.

Se quedo pensativo y despues sonrio.

-la que tenes en casa si me gusta. -hizo memoria. -pero de verdad ¿cuanto te dura puesta? -pregunto levantando una ceja.

Mi respuesta fue un almohadazo en la cara, mientras nos reiamos.

Terminamos, esa noche, despues de que nuestros amigos nos ayudaran a instalar todo en su lugar y agotados, pedimos comida y nos quedamos mirando televisión hasta tarde en el sillon.

De a poquito, se iba pareciendo a un lugar en donde vivian dos personas.

Divina Capitulo 74


Una semana despues, estabamos cumpliendo un año de novios. Si, es verdad que nos habiamos pasado un poco mas de un mes separados, pero no contaba. Los dos nos habiamos puesto de acuerdo, habiamos seguido juntos a nuestra manera. Nunca dejamos de pensar en el otro, ni de estan tan enamorados como lo estabamos. Habia sido un feo lapsus, que no queriamos ni recordar.

Pepe se habia levantado antes, y me habia despertado con el desayuno en la cama. Despues de mimarnos por horas, me habia devuelto mi anillito de cuarzo rosado. Ese que para nosotros, era simbolo de un montos de promesas que seguiamos cumpliendo desde que las hicimos.

Tal vez cualquier otro novio hubiera comprado flores, pero mi chico me conocia. Con una sonrisa enorme, me habia regalado una bolsa de dulces, entre los que estaban mis gomitas favoritas, y chocolates.

Yo, por mi parte, haciendo las paces con él, habia encargado por internet una camiseta de River firmada por los jugadores. No habia conseguido de Cavenagui , pero es que era muy dificil. Igual, le habia encantado. Ya era de noche y todavia la llevaba puesta.

Para cenar, habiamos ido a un lugar super lindo que quedaba cerca de La Cabaña, y de vuelta habiamos paseado aprovechando la linda y calurosa noche, porque gracias al viento, se estaba mejor que en el departamento. Yo me habia comprado unos zapatos chatitos para las ocasión, y ahora me lamentaba de no haberlos entrenado antes.

Era sabido que me iban a raspar sobre el talon. Siempre me pasaba.

-nos tomemos un taxi. -dijo Pepe al ver que tenia ampollas y se me estaban lastimando. -o podemos comprar curitas.

-curitas. -dije- no quiero arruinar la salida. -estabamos yendo a tomar helado. Si me tenian que amputar, que me amputaran. Yo no me quedaba sin helado.

-estas rengueando desde hace dos cuadras. -me discutio- mira como tenes... te sale sangre.

-no me duele. .-menti estremeciendome una vez mas al sentir el borde del maldito calzado rozandome en donde tenia en carne viva. Mierda.

Mi novio se dio cuenta y se rio poniendo los ojos en blanco.
-pedimos helado por telefono y ahora te llevo cargando hasta el taxi. -sugirio una vez mas, con mucha paciencia.

Al llegar, lo primero que hice fue sacarme los zapatitos del demonio y curarme los pies mientras Pepe llamaba a la heladeria. Eso era lo bueno de estar en Nueva Cordoba. En mi barrio, no podia ni soñar con delivery de helados.

Mas comodos nos sentamos a ver una pelicula en el sillon para disfrutar del helado y note que queria derme algo, y no se animaba. Lo mire levantando una ceja, pero nada.

-Pedro... -le adverti. Se suponía que ahora nos debíamos comunicar mejor.

-¿no te queres mudar conmigo, Pau? -Pregunto de sopeton.

-¿ah? - lo mire desconcertada, esperando que sea una broma. Él estaba serio y esperaba una respuesta, nervioso.

-si, si queres venir a vivir aca conmigo. -señalo a su alrededor. -con tus cosas, y todo.

Me enderece en el lugar ahora nerviosa yo tambien. No podia estar hablando en serio.

-vos decis, convivir... -levante las cejas apenas. - ¿no somos muy...chicos todavia?

-ya de todas formas estamos practicamente viviendo juntos desde hace meses... -dijo- nos hemos dividido todos los gastos siempre, y si te pones a pensar, no cambiaria mucho. Tendrias tu ropa aca, nomas. Algunos muebles capaz.

-pero tus viejos... -dije bajito. -y los mios.

-desde enero que no te mantienen mas. -contesto. -sos mayor de edad y trabajas. Por los mios no te preocupes, estan lejos. Me da igual lo que piensen.

Abri la boca pensando en algun pero u otro impedimento que pudiera existir, pero no me salia nada. Francamente no podia pensar en ninguna azon para decirle que no. Ademas, me sentia emocionada de que me lo pidiera. Tanto, que no me salian las palabras.

-a menos que vos no estes segura -podia notar en su voz un poco de decepcion y tristeza. Mierda. -te entiendo si te parece que es rapido... a mi no. Siento que te conozco y me siento comodo con vos. -se rasco la nuca ansioso. -llevamos toda la vida siendo amigos, y un año de novios, no creo que tengamos problema. Pero si no queres -empezo a tartamudear y se me partio el alma. - tenes razon, somos chicos. Lo que mas nos sobra es tiempo y capaz mas adelante... y en un lugar mejor cuando trabaje, y pueda pagar un departamento mas lindo, mas grande....

Me derreti.

-si, si estoy segura -le sonrei- me encantaria mudarme aca con vos. -aplaudi emocionada y me trepe en su regazo para llenarlo de besos. El pobrecito tenia toda la camisa transpirada por el mal momento que acababa de pasar, y pensaba levantarle el animo a fuerza de mimos.

Ya mas tranquilo, me habia llevado a la habitación y celebramos ese primer año juntos, y mi proxima mudanza.



La mañana siguiente, amanecimos cerca del mediodia, abrazados y sonrientes.

-no tenemos comida. -dijo Pepe mirandome con los ojos todavia hinchados, haciendome sonreir por lo guapo que se veia. -podriamos salir a comer ahora o … -se giro sobre mí y comenzo a darme besos en el cuello muy despacito.

-vamos despues. -decidi cerrando los ojos, y pasando mis manos por su espalda, que ahora estaba mas ancha por sus practicas de boxeo.

Rapidamente nos quitamos la ropa interior, y entre suspiros y jadeos nos movimos buscandonos con desesperación. Su boca subia por mi mandibula, hasta encontrar mis labios, y aunque sus besos eran dulces y delicados, abrio mas mis piernas con una rodilla y entro en mí con fuerza.

Gemimos al mismo tiempo y acoplandonos encontramos el ritmo que mas nos gustaba. Arquee el cuerpo porque él sabia exactamente como enloquecerme. Y se enloquecia tambien viendome disfrutarlo. Era incrible.

En eso estabamos, cuando la puerta de entrada sono con llaves que la abrian, y sin poder hacer nada para evitarlo, fuimos descubiertos por sus padres.

Si. Asi tan terrible como suena.

Teniamos la puerta de la habitacion abierta por el calor que haca, y nunca nos ibamos a imagina que iban a llegar de sorpresa a visitarlo.

-¡Mierda! -grito Pepe agitado- y encima mio, por si fuera poco, -tapandome con las sabanas torpemente mientras yo veia con horror como los ojos de mis suegros se salian de sus orbitas. Puta vida. No se si grite, chille, porque la verdad, los oidos s me habian encapotado como en un cono del silencio y escuchaba todo desde lejos. Como bajo el agua.

Lo unico que tengo para agregar es : ¡Por Dios, que nuca les pase!

Asi como entraron, se dirigieron a la sala con la puerta cerrada, dandonos tiempo a adecentarnos.

Porque claro, no podiamos quedarnos encerrados alli por siempre, habia que salir y enfrentarnos a Ana y Horacio. Queria vomitar.

Ya arreglados, y algo palidos, salimos a saludar y tras una regañina fuerte por parte de los padres de mi novio, que aparentemente recien ahora se estaban enterando que su hijo tenia relaciones, y cuarenta minutos de sermones sobre sexo seguro, nos miramos y nos agarro terrible ataque de risa.

Tal vez los nervios, o no se que, pero no podiamos parar. Aun viendo la cara de molestia que traian nuestros invitados.

Claro, porque ahora eran nuestros invitados. Yo vivia ahi, y faltaba darles esa hermosa noticia para que fuera la cereza del postre.

Divina Capitulo 73

Diciembre:

el ultimo mes del año empezo movido.

Despues del beso en su departamento, Pepe no habia parado de llamarme y escribirme mensajes. Queria verme a toda costa, y yo trataba de evitarlo. ¿No se daba cuenta de lo mucho que nos estaba lastimando con esas actitudes? Me hacia cargo de mi parte, yo tambien lo habia besado.

Cada vez que lo recordaba, me recorrian cosquillas desde el estomago, el pecho y el cuerpo entero.

Uno de los primeros dias, y con las excusa de festejar por adelantado Navidad y Año Nuevo, quedamos en reunirme en la casa de May. Pepe no iba a ir, me lo habian asegurado miles de veces. Asi que mas tranquila, me prepare para una tarde de pileta, sol y amigos, que mucha falta me hacia.

El calor se estaba poniendo insoportable en el centro de la ciudad, y la librería era pequeña y sofocante. Ideal para los meses de invierno, pero los de verano, daban ganas de huir. No se por que Silvia no arreglaba en equipo de aire acondicionado. Aparentemente no se daba cuenta de que sus clientes apenas cruzaban por la puerta, ya querian salir corriendo. Era un horno.

Mi amiga me abrio la puerta vestida con ropa de salir, totalmente maquillada y viendose preciosa. Me la quede mirando por un segundo.

-¿no ibamos a pasar la tarde en la pileta? -me mire hecha un desastre, con mi ropa de trabajar, mi peor bikini, y con los cabellos despeinados. Ultimamente me hacia demasiado calor como para producirme.

-cambio de planes. -dijo con una sonrisa inocente. -nos vamos al cine que esta fresquito ahi con mis compañeros. -me dio un repaso de arriba abajo. -arreglate, por Dios.

Resople y lloriquee quejosa.

-me hubieras dicho antes. -uff que pocas ganas de salir tenia.

-si te decia, no ibas a venir, y yo ya habia quedado con ellos. -miro su reloj. -ponete la ropa que te ibas a poner a la noche. Vamos que Facu llega en cinco.

-te odio. -masculle camino a su habitacion.

-yo se que me amas. -contesto entre risas, pegandome en el trasero con toda la palma abierta.

-¡Au! Bruta. -me queje, pero no me hizo caso. Entre a su cuarto y despues de encender la luz, cerre la puerta con traba. Me habia dicho que sus padres estaban dando vueltas por alli, y no tenia ganas de que entraran por casualidad mientras me cambiaba.

Desganada me desprendi los botones del jean, y me gire para mirarme al espejo. Un movimiento capto mi atencion por el rabillo del ojo y pegue un grito. No estaba sola.

-no te asuste. -habia dicho Pepe con las manos levantadas para calmarme, pero ya era tarde. Habia insultado en todos los idiomas, y el corazon se me salia del pecho. Me temblaban las piernas, por Dios.

-¡me queres matar de un infarto! -dije dandole un manotazo en el pecho, porque el muy idiota estaba aguantandose la risa mientras se acercaba para tranquilizarme.

-perdon. -me abrazo despacio, aunque yo no paraba de forcejear, enfadada. -no te quise matar de un susto. Pense que apenas entraras te ibas a dar cuenta, pero te empezaste a sacar la ropa, y me bolquee. -se rio.

-que estupido. -me rei- pense que estaba sola. -me solto a regañadientes y se cruzo de brazos todavia divertido. -ademas no es nada que no conozcas... -me señale.

Apreto los labios reprimiendo una respuesta y desvio la mirada un poco apenado. Me arrepenti de mi comentario, habia estado fuera de lugar.

Aclare mi garganta.

-¿vos tambien venis al cine? -pregunte.

-no te enojes. -se atajo con cara culpable. -era todo mentira para que vinieras y hablaramos. May ya se fue con Facu y sus compañeros.

¿que? El pulso se me disparo aun mas que con el susto de recien y la boca se me seco.

-la voy a matar. -dije apretando los dientes.

-si te sirve de algo, se peleo con Facu porque él no queria mentirte. -comento- esta enojado conmigo.

Mi amigo me habia escuchado demasiado estos meses, y creo que por lo que habia vivido con su novia, podia ponerse en mi lugar. No le habia caido bien lo de Jazmin.

-ya voy a hablar con él. -le prometi- ya se le va a pasar.

Nego con la cabeza.

-con Facu puedo arreglar las cosas con una charla, dos o tres trompadas y una cerveza. No me preocupa él. -contesto mirandome a los ojos- ¿por que te fuiste de casa corriendo?

-porque estabamos por hacer cualquier cosa. -respondi mirando el piso- habiamos dicho que se habia acabado, y vos tenias que contestar el telefono.

Sonaba una nena caprichosa, pero en el fondo 
tenia mis argumentos. Que ahora teniendolo en frente mio, tan bonito, se me hacian dificiles de explicar.

-para mi nunca se acabo. -dijo muy seguro- no iba a contestar el telefono, era mas importante estar con vos, siempre es mas importante.

-Pedro... -empece a decir.

-Pau, basta. -acorto la distancia que nos separaba y me tomo de la barbilla para que lo mirara. -no entiendo por que no estamos juntos. Los dos queremos, y nos queremos.

-porque vos estas en otra. -explique- y yo ya no pinto nada ahi. Ya no compartimos las mismas cosas, y no formo parte de tu vida. Me equivoque besandote y cuando sono tu celular, me di cuenta de que me tenia que ir.

Me miro frunciendo el ceño confundido por un segundo, pero despues cerro los ojos entendiendo y suspiro.

-me estaba llamando mi papa. -susurro- no me digas que te fuiste porque pensabas que me estaba llamando...

-ni la nombres -dije interrumpiendolo y mordiendome hasta la lengua.

-Pau... -me sonrio. -¿como podes decir que no formas parte de mi vida? Sos lo mas importante que tengo... por vos dejo hasta mi familia en otro pais y soy capaz de no verlos por meses. Por vos me pasaba horas y horas estudiando, para tener la carrera al dia y no alargarla mas semestres si no aprobaba las materias. O me pasaba noches sin dormir para adelantar trabajos y poder estar mas tiempo con vos, en casa.

Que tonta que habia sido todo este tiempo...

Los ojos se me llenaron de lagrimas y me temblo el menton, pero él siguio hablando.

-no estoy en otra, ni con otra. -aclaro- lo de esa chica, fue una estupidez, y despues de una discusion que tuvimos ya ni nos hablamos. Nunca me gusto ella, ni mire a otra, porque vos sos la mas linda -freno para secarme una lagrima que me caia por la mejilla y despues seguio- si tengo que hacer menos materias el año que viene, o dejar todo y buscarme un trabajo, por vos, lo haria. Y lo sabes.

Negue con la cabeza.

-estas loco, no dejes nada. Tenes que recibirte. -dije con la voz rota.

-te extraño. -susurro pegando su frente a la mia.

-yo tambien. -confese.

-voy a cambiar, Pau. -me miro suplicante. -voy a lavar los platos todos los dias, te cocino, te juro que ya no voy a dejar la ropa tirada, ni voy a romper tus cosas jugando a la pelota -me rei en medio del llanto- se acabaron los trabajos en grupo, y sea como sea voy a pasar mas tiempo... -lo interrumpi pegando mis labios a los suyos.

-no, no cambies. -dije como pude, porque desde nuestra bocas se habian tocado, no paraba de darme besos. -nos digamos la verdad siempre. No nos callemos las cosas.

-te lo prometo -dijo sonriendo contento, abrazandome – te amo.
-yo tambien te amo. -conteste sintiendome libre al soltar por fin las palabras. El nudo de mi pecho se soltaba y todo volvia a la normalidad.

A como debia ser.

Ese mismo dia volvi al departamento, y empezamos a recuperar todo el tiempo perdido.

martes, 16 de agosto de 2016

Divina Capitulo 72




Noviembre II



De vuelta a mi casa definitivamente, tenia que levantarme un poco mas temprano para llegar a tiempo al trabajo. Ahora tenia que tomar un colectivo, cuando antes lo tenia a pocas cuadras de distancia, y tenia que aceptar que era pesadisimo.

Esa media hora de sueño, para mi era fundamental.

Pero tenia su lado positivo.

Al menos me dormía sin problemas a la noche, y eso evitaba que mi cabeza me traicionara, y me hiciera pensar en cosas que me dolían.

Las clases de spinning mantenían ocupadas mis tardes, y mis amigos habían sido un buen soporte para no volver a caer en el estado zombie en el que siempre caían cuando estaba triste. Ya no volvería a eso, por nada del mundo.

Las lectoras de mi blog, también querían darme palabras de apoyo y al enterarse de que era escritora, quisieron saber mi verdadero nombre. Así que después de consultarlo con mi editor, para ver si era conveniente, cambie el nombre del sitio por el mio propio. Y nunca hubiera estado preparada para semejante respuesta.



Al otro día, cuando me levante tenia cincuenta solicitudes de amistad en Facebook, y las ventas de mi libro habían disparado en pocas semanas.

Y si, no todos los comentarios que me hacian eran bonitos, pero tenia que empezar a adaptarme. Era normal. No podia gustarle a todo el mundo. Solo el primer dia despues de una mala, malisima critica, me encerre en mi habitacion y llore como loca... pero despues que vino la segunda, y la tercera, ya no me pegaron tan duro.

Habia algunas reseñas que me hacian pensar que la persona, ni se habia tomado la molestia de leer mi libro, pero bueno. Todos tienen derecho a opinar, y de todas maneras, internet esta lleno de gente que lo hace por deporte. ¿que pretendia? ¿que tuviera en cuanta mis sentimientos ? Ni me conocian...


y aunque estaba tratando con todas fuerzas no pensar, siempre me venia a la mente que un abrazo de él, lo hubiera solucionado todo. A su lado, no me hubiera parecido tan terrible. Lo extrañaba...

me entere por May, que habia sacado todas sus materias y que ya estaba libre y de vacaciones. Con sus padres en Barcelona, no tenia mucho que hacer y habia empezado boxeo, para retomar su entrenamiento. Mi amiga me habia querido decir que lo habia visto triste, pero no la deje. La hice callar y le cambie de tema. De nada nos serviria a ninguno de los dos saber que el otro sufria.

Mis amigos se habian preocupado despues de la fiesta de Carlos Paz, porque los dos dejamos bien claro que era algo definitivo y queriamos dar vuelta la pagina a lo nuestro y dejarlo en el pasado.

Facu, que aunque estaba lleno de buenas intenciones, pero a veces tenia la lengua muy floja, se le había escapado contarme que mi ex estaba saliendo casi todas las noches y se emborrachaba como la ultima vez que nos habiamos visto. En el momento, logicamente, porque no soy de piedra, me mori de celos prensando que estaria conociendo a otras chicas y tal vez llevandolas al departamento, pero era puro masoquismo.

No queria pensar en estas cosas, y eso trate de hacer.

May, enojada con el comportamiento de nuestro amigo, me habia querido presentar algunos de sus compañeros de la universidad que estaban solteros, pero me habia negado. No estaba para conocer a nadie. Yo todavia amaba a Pepe, y todavia me dolia su ausencia. No hubiera sido sano negarlo.

No ayudaba a mi estado de animo, el ver el calendario y saber que el mes siguiente se cumpliria un año que nos habiamos puesto de novios. Iba a ser nuestro primer aniversario, pero ya no estabamos juntos para celebrarlo. Un año atrás, yo estaba sufriendo pensando que se lo llevaban a kilometros de mi, y ahora que estabamos viviendo a poco menos que un colectivo de distancia, estabamos mas lejos que nunca.

Una noche, me junte con May, Facu y Fran a comer unas pizzas, y la parejita nos sorprendió con una noticia. Se iban todo un mes de mochileros a Europa. Los padres de mi amiga, le habian dado una suma importante de dinero por su cumpleaños, y los padres de él, aunque todavia les duraba un poquito el enojo de que su hijo hubiera dejado la carrera, tambien habian contribuido para que el viaje fuera posible.



Era el momento, y la edad perfecta. A ella le vendria genial para aprender de otras culturas, y Facu, habia averiguado para hacer un curso de cocina en Francia. Era genial, y estaban super emocionados.



-tenemos que hacer una fiesta de despedida. -propuso el chico. -nos vamos a finales e febrero y marzo. Volveríamos para las clases directamente.









-Podemos hacer una fiesta ahora que estamos todos, y despues otra, cuando nos estemos por ir de verdad. -dijo May- en enero, Pepe se va a España y no se si va a estar para despedirnos en el aeropuerto.



-¿se va a España? -dije fingiendo indiferencia, aunque penosamente, porque todos me miraron atentos.



-hace meses que no ve a su familia, es logico. -dijo Facu.



-y... -queria preguntarlo con todas mis fuerzas.no podia evitarlo. -¿por cuanto tiempo se va?- en mi cabeza se repetia una y otra vez la promesa que nos habiamos hecho, él no se podia ir definitivamente. Pero no estamos juntos ya, ¿que sentido tenia seguir cumpliendola? Ya ni nos veiamos.



-no sabemos – dijo May esquivando mi mirada- no queria hablar mucho del tema.



-Pau -me llamo Facu, porque yo me habia quedado en blanco mirando la pared. -te tenemos que pedir un favor. -asiento todavía distraida. -no podemos hacer la fiesta sin él...



-Ah. -dije- por mi no hay problema, sui quieren le pueden decir que vaya a esta fiesta, y yo voy a la otra. Yo no me voy de vacaciones.



-No, Paula. -discutio mi amiga- tiene que estar los dos. Somos todos amigos, dejate de joder.









Despues de un borrinche digno de una nena de seis años, terminaron convenciéndome de decir que si. Queria demasiado a Facu y a May como para negarselos. Por lo menos por las buenas, si despues me daba un terrible de panza a ultimo momento, era otra cosa. Y nadie podia culparme, ¿no?.



Justo cuando estaba por irme, mi amiga me freno y me dijo bajito pero entre dientes.



-si no vas a la fiesta o te haces la enferma, no te hablo mas. -amenazo- te lo juro.



Mierda. La muy maldita, me conocia al punto de leerme la mente. Puse los ojos en blanco y acepte mi derrota. Me tocaba ir. Iba a tener que soportar tener que verlo de cerca y aguantarme todo el dolor que sentia para poder ir a esa bendita fiesta.



Tras mucho pensar, me arme de valor y una tarde, volvi a marcar su numero despues de tanto tiempo sin hacerlo.



Las manos me temblaban y literalmente podia sentir el corazon en la garganta. Me latia a toda velocidad a punto de estallar.



-Hola -contesto con voz ronca. -¿Pau?



-ahm.. s-si. si. -conteste como una idiota. -¿estabas durmiendo? Puedo llamarte despues, o... -empece a balbucear.



-no, no. -se aclaro la garganta. - me quede dormido mirando una pelicula, pero si puedo hablar -se apuro en contestar.



-ok -mire mis dedos pensando que decirle. Dios, me habia pasado dos horas calculando cada palabra, y toda la noche anterior imaginandomelo, y ahora me quedaba muda. Mierda.



-¿todo bien? -pregunto cortando el silencio enorme que me estaba asfixiando. Podia sentir los segundos pasando, gigantes... y no era capaz de hablar.



-eh, si -cerre los ojos con fuerza y me pegue con la palma en la frente. - te llamo por la fiesta de los chicos, que se van a Europa. -dije rapido antes de ponerme a tartamudear otra vez.



-ah, si. -comento- me dijeron. Te juro que intente zafar para que no te sintieras incomoda, pero me amenazaron. Tuve que decir que iba a ir. Pero puedo inventarme una enfermedad a ultimo momento.



La risa me salio sola, desatando un poquito el nudo que tenia en la panza desde que habia empezado la charla.



-lo pense yo tambien, y te aviso que no te va a funcionar. -dije entre risas. - nos conocen, no te van a creer.



Escucharlo reir del otro lado de la linea logro calmar mis nervios un poco, y de ahi en mas la conversación se volvio mas facil. Llegamos a un acuerdo, y era que no estariamos raros esa noche. No teniamos por que sentirnos incomidos ni hacer sentir incomodos a los demas. Nosotros tambien eramos amigos.



Nos pusimos al dia de nuestras vidas en una de esas charlas que teniamos siempre en donde no nos deciamos nada importante, pero terminabamos compartiendo chistes privados, hablando nuestro propio idioma, que nunca nadie mas que los dos entenderia.



Y unos dias despues, ahi estaba. En la casa de Facu, con mi vaso en la mano, haciendo previa antes de ir al boliche que habian elegido para salir. Aunque no queria parecer que me arregalaba demasiado, me habia comprado un vestidito azul para la ocasión, y si, tambien zapatos. No habia podido evitarlo, queria estar linda.



Hacia tiempo que no iba a la peluqueria, y mi cabello estaba larguisimo, asi que aproveche para plancharmelo como tanto me gustaba. May me habia elogiado y estaba emocionada porque supuestamente dos de sus compañeros que estaban presentes en la fiesta, querian mi Whatsapp. Me daba igual, no podia pensar en nada que no fuera Pepe. Ibamos a volver a ser amigos como siempre, pero hacia tanto que no lo veia que el reencuentro me ponia histerica. Tenia la boca seca y no podia resistir tan nivel de ansiedad.



Un rato antes de que nos fueramos, él aparecio poniendo como excusa que justo esa dia habia estado entrenado. Pero ambos sabiamos que llegando sobre la hora, habia querido hacer las cosas mas faciles para los dos. En el boliche con el ruido, la gente, los tragos... nos seria tan incomodo interactuar, como en la casa de mi amigo.



-Hola, Pau. -dijo acercándose para darme un beso en la mejilla. Todos estaban atentos y podia sentir sus miradas poco disimuladas en la nuca.



-Hola, Pepe -salude con una sonrisa mientras e devolvia el beso y le daba de paso, un pequeño abrazo amistoso. Queria demostrar que no me afectaba, pero logre todo lo contrario. su perfume fue como un puñetazo en toda la cara, y su toque, una descarga electrica que me sacudio el piso en el que estaba parada.



Él tambien debio sentirlo, porque mientras nos separabamos lo vi apretar la mandibula, y respirar profundo.



Estaba guapisimo con sus jeans oscuros y camisa blanca. Tenia la barba apenas crecida y se habia cortado el cabello en la nuca y los costados. Dejando la parte de adelante, y flequillo mas largo, peinado para todos lados como le gustaba. Parecia mayor... mas....



-la baba. - me dijo Facu al oido mientras pasaba por ahi- se te cae la baba. - aclaro con una sonrisa picara. Puse los ojos en blanco y le pegue un manotazo en la nuca para que dejara de decir pavadas. -a él tambien se le caia recien cuando te vio – agrego encogiéndose de hombros.



-Basta. -lo frene. -dejate de ideas raras. Arreglamos las cosas con Pepe, y somos amigos nada mas. - ¿si? Entonces ¿porque esa sonrisa de boluda, Paula? Pense.



Ignorando las miradas suspicaces de nuestros amigos, fuimos todos juntos al boliche y al llegar, nos mezclamos para enseguida copar la barra. Era una noche calurosa, y habiamos ido a pie, asi que estabamos desesperados por tomar algo fresco.



Sin querer repetir el papelon de la ultima vez, me modere y al segundo trago lo tome sin alcohol. Todo lo contrario que Pepe, que iba por su tercera copa, y no lo veia con ganas de parar. De hecho, animado por la musica que sonaba, y en medio de palmas, propuso una ronda de chupitos de tequila.



Con la cancion “chiquita Bonita” de VI-EM se acerco para sacarme a bailar. Dude, pero negarme hubiera sido tal vez peor. Asi que como su nada, me sume a sus pasos y cantando como habiamos hecho siempre nos divertimos, como dos amigos.



Se lo veia de tan buen humor, que era contagioso. Ademas por mas que quisiera negarlo, que estuviera bailando conmigo, alejaba un poco a mas de una que se lo comia con los ojos. No estabamos juntos, pero tenia que reconocer que si lo veia besar a otra esta noche, iba a empezar a repartir trompadas y arañazos.









-vamos a buscar algo para tomar. -dijo hablando en mi oido para que lo escuchara... poniendome todos los pelos de punta. Su mano se acomodo en mi cintura y me llevo a la barra con sus dedos ahi... quemandome la piel a traves de la tela del vestido. Mierda.



Controlate, Paula... que esto termina mal.



Sonrei y le dije que no tenia muchas ganas de tomar nada, pero insistio y compro un vaso gigante de Vodka con energizante para compartir.



Apenas nos entregaron la bebida, le dio un trago de golpe tomandose una cuarta parte sin respirar. Mierda. Se le contrajo un poco el gesto y cerrando un ojo se rio.



-esta un poco fuerte -se excuso- toma. -dijo alcanzandomelo y rozando mis dedos casi como sin querer. Casi. Nos conociamos demasiado.



Probe un poquito y tenia razon, por poco me quema la garganta. Esta muy puro para mi gusto.



Solte el aire por la boca tratando de aliviarme y le devolvi el vaso para no seguir tomando.



Encongiendose de hombros, se tomo lo que quedaba y siguio bailando como si nada. Fuimos donde estaban nuestros amigos, y en cuanto estuvo un poco lejos, me acerque a Facu para hablarle y que Pepe no me escuchara.







-tu amigo esta tomando mucho. -le dije preocupada. -va a terminar mal si sigue asi.



-esta grande, se sabe cuidar. -contesto despreocupado- -y para lo que toma ultimamente, esto no es nada.



Me gire para mirarlo y ademas de estar bailando con una chica que no conocia, estaba tomando de otro vaso lleno, con él, lo miraba con los ojos como platos y despues de decirle algo al oido, se termino yendo con sus amigas con el ceño fruncido. Pepe no parecia haberse dado cuenta, y ni la saludo.



Suspirando, decidi hacerle caso a mi amigo, y dejar de preocuparme. Uno de los compañeros de May me busco para bailar, y sonriendo lo segui para distraerme. Se llamaba Ramiro, tenia el pelo castaño y unos ojos azules brillantes y simpatico. Me caia bien, y era divertido, pero si me preguntaban realmente, no me movia ni un pelo. Cualquier chica del boliche hubiera querido estar en mi lugar, el chico era muy bonito, pero a mi no me hacia sentir nada. Nada de nada. Me acorde de que mi amiga me habia dicho que era mi tipo, y ahora me daba cuenta porque. Los mismos rasgos de Pepe, la misma sonrisa picara de Fede.



La panza se me hizo un nudo pensando en mis exs y me tuve que alejar. Era una mala idea, queria irme a mi casa.









Sali casi corriendo y justo cuando estaba por tomarme un taxi, vi que sentado en los escalones del edificio del lado, Pedro estaba con el rostro entre las piernas. Parecia dormido.



Fui acercándome despacio y cuando puse la mano sobre su hombro, se sobresaltó y me miro perdido, con los ojos rojos. Intento levantarse, pero las dos vces cayo sobre su trasero haciendo un escandalo mientras insultaba y se reia. Tenia que llevarmelo de ahi.



Lo subi a un taxi ayudada por el taxista, y le di la direccion del departamento. No se que estaba pensando, pero solo no podia dejarlo. Menos en ese estado. Ni lo dude.



Al otro dia, senti que la cama se movia. Mas bien se sacudia. Abri los ojos para encontrarmelo mirandome desconcertado y espantado como si hubiera visto un fantasma. El pobre no debia recordar nada de la noche anterior y se estaria preguntando que hacia yo ahi a su lado.



-Pau... eh... anoche... -balbuceo con la voz ronca, mientras sus ojos desorbitados repasaban la cama, la habitacion y a mi. Al verme vestida parecia mas confudido y apiadandome de él, le explique.



-estabas borracho y te traje a tu casa. - parpadeo un par de veces, y le volvio el color a las mejillas de golpe, sonrojandose. -no te quise dejar solo, porque estabas mal- asintio arrugando la nariz y yo aprete los labios para no reir.



-perdon. -se tapo la cara, avergonzado. - y gracias, por todo. -tomo mi mano de manera inconsciente y la acaricio con cariño.



-no hay problema. -conteste sin soltarlo. -hubieras hecho lo mismo. -le sonrei.



Si no me iba en ese instante, las cosas podian complicarse. Tenerlo tan cerca, con esa cara de dormido, el cabello desordenado y encima tocandome, me estaba costando.



Sus ojos me miraban ansiosos, y algo asustado, sin saber que hacer, se acerco un poco mas a mi. La mano que sujetaba la mia, me solto para acariciar mi mejilla con cuidado. Sabia lo que venia, y no habia manera de frenarlo. Nunca hubiera tenido la voluntad para hacerlo.



Sus labios encontraron los mios, y dulces como los recordaba, se movieron insistentes haciendo de ese beso; EL BESO. El que estaba esperando sin saber que estaba esperando algo.



El calor de su boca, seguia teniendo en mi el mismo efecto de siempre en mi estomago. Las mariposas seguian alli, y seguian sintiendo esos fuegos artificiales emocionantes que me hacian suspirar, y tomarlo del rostro para besarlo con mas fuerza.



Un jadeo salio de su garganta y abrazandome por la cintura, me giro para acostarme a su lado de manera desesperada.



Habia extrañado tanto estar asi con él, que no terminaba de creermelo. El pecho me estallaba de tanto amor.



Justo cuando separo su rostro para mirarme a los ojos, su telefono celular sono y me hizo reaccionar. Lo estaban llamando, y por lo contrariado que parecia al ver de quien se trataba, me podia dar cuanta de que era ella. Un beso podia hacerme olvidar de todo, pero cuando ese hechizo se rompia, volvia a la realidad de golpe y era terrible. Pepe ya no era mi Pepe, y me dolia.



Me separe rapido de él cuando lo vi dudar si atendia o no, y sin mirar atrás, volvi a mi casa.



Ignore por dias sus llamadas convenciendome de que hacia lo correcto.