Divina

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sábado, 3 de septiembre de 2016

Divina Capitulo 80



Dia 3

Cuando abrimos los ojos, los efectos de haber nadado de noche estando ebrios y despues haber tomado frio al salir, se hacian sentir. Yo no me podia ni mover.

Me dolia el cuerpo y sentia la garganta rasposa, y Pepe no paraba de estornudar.

El dia estaba nublado, y se habia puesto fresco.

-Nos quedamos durmiendo en las carpas. -dijo Facu que tenia la nariz tapada y cara de resaca mientras desayunabamos.

-no seas aburrido. -critico Pepe un poco afonico.- vayamos a pescar.

-buenisimo.- dijo May, con una sonrisa falsa. -se van cerca de las piedras del sapo a ver si pescan mi short de jean, que tenia un brillito de labios en el bolsillo.

Me rei viendo como los chicos ponian los ojos en blanco. Mi amiga seguia estando irritable.

-eso. -acepto mi novio con otra sonrisa, igual de falsa para hacerla enojar – o voy y pesco un par de sapos y los escondo en tu bolsa de dormir.

-te vas a quedar sin novio, Pau. -me aviso- lo voy a matar antes de que lleguemos a Cordoba, si sigue haciendose el boludo.

Ya aludido le soplo un besito y se rio a carcajadas.

Ya con el estomago lleno, nos sentiamos humanos, y fuimos a buscar un buen sitio para pescar.

El rio estaba algo revuelto, pero nos habiamos asegurado por la gente del camino que no habria crecidas, y que no habria problemas ni peligros.

Cañas en mano, Pepe y Facu eligieron, según ellos, el mejor lugar y se quedaron alli sin moverse... por horas, mientras charlaban.

Con May nos aburrimos despues de cinco minutos, y nos fuimos a pasear entre las piedras.

Aunque estaba con cara larga por la trasnochada que nos traia a todos algo destruidos, la veia mejor.

Me miro sonriente y entendi.

-me vino.-dijo feliz por primera vez en su vida. Me rei de que nunca antes algo como eso nos hubiera hecho sonreir, pero ahora, estabamos que dabamos saltos.

-¿ya no voy a ser tia? -bromee.
-ni lo digas. -me callo, tapandome la boca. -por Dios, que susto.

-si, May. -reconoci.- me tenias muy preocupada.

-¿y yo?.- se rio.- no podia pensar en otra cosa.- se tapo la cara con las manos y suspiro aliviada. -de ahora en mas, me voy a cuidar de todas las formas que pueda.
La entendia.

Sentiamos esa posibilidad como algo muy lejano, tan vez sin ser conscientes de las consecuencias que traia, hasta que nos lo habiamos tenido que plantear de repente. ¿dicen que el 90% seguro? ¿99%?. Daba igual. Bastaba con un 1% para ponerle a uno los pelos de punta.

Sintiéndolo como si fuera ella, un peso sobre mi espalda se aflojaba. Mi amiga era como mi hermana, y me tocaba de cerca cualquier cosa que pudiera afectar su vida.

Y eso sin dudad lo hubiera hecho.

Relajadas, nos pusimos a charlar de otras cosas, entre ellas claro, el cuerpazo de nuestro vecino de campamento, Lucho.

Si, estabamos felizmente de novias las dos. Pero el chico estaba para hacerle un monumento... no podiamos negarlo. No estabamos ciegas.

Horas mas tarde, fuimos al pueblo a comer.

Con el dia gris, se nos habian antojado unas buenas pastas. Y justamente eso habiamos comido hasta no poder ni respirar.

Llenos como estabamos, decidimos que lo mejor era dormir una siestita, asi que regresamos a las carpas y quedamos en juntarnos a la hora de la merienda para tomar mate.

El dia se prestaba para hacer cucharita, abrigados y tapados hasta las orejas.

Esos, por lo menos, eran los planes que teniamos apenas nos acostamos.

Pero claro, luego de un rato de estar abrazados, empezamos a besarnos y tocarnos...y el sueño se nos fue.

Cuando asomamos la cabeza fuera de la carpa, ya era de noche. Nuestros amigos se rieron un poco, porque no era dificil adivinar que habiamos estado haciendo.

Si la ropa arrugada y el cabello alborotado no alcanzaba, nos delataba el hecho de que eramos ruidosos, y nos dejabamos llevar cuando estabamos juntos.

Queriamos hacer pizzas a la parrilla, y como se cocinaban en minutos, y teniamos todos los ingredientes listos en la heladera portatil de May, buscamos en que ocupar el tiempo.

Pepe habia traido una pelota de futbol, y nos disputamos un partido 2 contra 2.

Las chicas, contra los chicos.

Por supuesto, nos ganaron por goleada, pero nos habiamos divertido muchisimo.

Habian querido enseñarnos a patear mejor, o por lo menos a no escapar a la pelota, pero habia sido en vano. Ya se sabe que lo nuestro no eran los deportes.

A mi favor, tenia que decir que gracias a spinning, estaba en buen estado fisico y a diferencia de May, no me faltaba tanto el aire despues de correr.

Pepe, orgulloso, me felicitaba con palmaditas en el trasero. Cosa que desencadenaba, en que yo se la devolviera y despues nos estabamos persiguiendo para ver quien pegaba mas fuerte.

Muertos de risas, dimos por terminado el partido, nos duchamos con agua helada y preparamos todo para la cena.

Comimos, y nos quedamos charlando hasta tarde. Tal vez por la descarga de adrenalina que habia sido jugar a la pelota, no podiamos dormirnos, asi que salimos a pasear.

Como sucede en todos los campamento, nos pusimos a contar historias de terror. Mas bien, experiencias reales que nos habia contado alguien, que claro, nos daba miedo.

Pocas cosas asustaban mas a Facu que estos temas.

El chico ponia agarrarse a las tromapadas con quien sea, pero si se hablaba de fantasmas, salia corriendo.

Pepe bromeaba y exageraba sus relatos al proposito para ver como se ponia su amigo.

Con May, nos habiamos abrazados y estabamos pendientes de cada sombra que veiamos.

Estábamos cruzando el camino al rio, cuando escuchamos que algo se movia a nuestras espaldas.

Los cuatro, saltamos pegando un grito y salimos corriendo hacia las carpas sin mirar atrás.

Hasta mi novio, que era supuestamente tan valiente, se habia pegado un susto de muerte.

Tal vez fuera una liebre, un sapo, o simplemente algun pajaro de alli, pero no nos quedamos a ver, ni locos.

Estaba oscuro, y hacia frio, asi que los chicos de los otros campamentos no salieron a caminar por el campo. Habian prendido un fogon y creo que iban a hacer otra guitarreada.

¿Que hicimos nosotros?


Acurrucados, nos apretados e incomodos, pero por lo menos, no teniamos tanto miedo.

Si, si. Teniamos diecinueve años, lo juro. Aunque a veces no lo parecia.

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