Pau
Comemos en un pequeño centro comercial de las afueras y volvemos a casa de
Zed. Pasamos junto al campus, me armo de valor y le pregunto lo que siempre he
querido preguntarle:
—Zed, ¿qué crees que habría pasado si tú hubieras ganado la apuesta?
Salta a la vista que lo he pillado por sorpresa. Se mira las manos un
momento antes de contestar.
—No lo sé —dice finalmente—, y mira que le he dado vueltas.
—¿Ah, sí? —Lo miro y sus ojos color caramelo encuentran los míos.
—Pues claro.
—¿Y bien?
Me meto un mechón rebelde detrás de la oreja, esperando su respuesta.
—Pues... —empieza—. Sé que te lo habría contado antes de dejar que las
cosas se salieran de madre. Siempre quise hacerlo. Quería contártelo cada vez
que os veía juntos. —Traga saliva—. Quiero que te quede claro.
—Lo sé —digo en un susurro.
Continúa:
—Quiero pensar que me habrías perdonado porque te lo habría contado antes
de que ocurriera nada y habríamos salido un par de veces, como tiene que ser:
habríamos ido al cine o algo así y lo habríamos pasado bien. Te habrías reído y
te habrías divertido y yo no me habría aprovechado de ti. Y me gusta pensar que
te habrías enamorado de mí igual que te enamoraste de él, y que cuando llegara
el momento perfecto, habríamos... y no se lo habría contado a nadie. No le
habría dado a nadie un solo detalle. Demonios, habría dejado de quedar con
ellos porque querría estar contigo a todas horas, haciéndote reír como sueles
hacerlo cuando crees que algo es muy gracioso... Es distinto de tu risa normal.
Así es como sé cuándo te hago reír de verdad y cuándo estás fingiendo por
educación. — Sonríe y se me acelera el pulso—. Te habría valorado y no te
habría mentido. No me habría burlado de ti a tus espaldas ni te habría
insultado. Me habría importado un pimiento mi reputación y... y... creo que
habríamos sido felices. Habrías sido feliz en todo momento, no sólo a veces.
Quiero pensar que...
No lo dejo acabar porque lo cojo del cuello de la chaqueta y acerco los
labios a los suyos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario