Divina

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domingo, 24 de julio de 2016

Divina Capitulo 41



Unos días después, estábamos festejando su cumpleaños en un boliche y con M ay, nos sorprendimos al no ver a la chiquilla, pero no dijimos nada. Fede me había dicho que no salía porque tenía que estudiar, así que nos divertimos como en viejas épocas.

Algo borrachos, nos habíamos reído un poco del tatuaje de Facu. El, orgulloso, se bajó apenas el pantalón y lo mostró.

—Si M ay se hiciera uno, probablemente no le alcanzaría con la carita sola. – dijo Pedro, haciendo un gesto de enormidad en referencia al tamaño de su trasero. — Se tendría que tatuar el cuerpo completo del dibujito.

—Anda a la mierda. – se rió mi amiga. M ientras su novio decía que a él le gusta así como estaba, con cara de baboso. —¿Y Pauli? ¿Qué tendría que tatuarse? – preguntó mirándonos a todos.

—Una manzanita. – bromeó Pedro guiñando un ojo.

—Por la forma redondita. – opinó Facu gesticulando.
Con M ay pusimos los ojos en blanco.

—¿Y Pepe? – pregunté.

—Probablemente también tendría que tatuarme el cuerpo completo del dibujito. – se rió.

—Pero en otro lugar. – se miró el pantalón y todos le pegamos por
desubicado mientras nos reíamos.

Al otro día, me desperté tarde, y me quedé un rato en la cama. Tomé mi celular y vi las fotos que habían subido de la noche anterior. M e estaba riendo, cuando otras me llamaron la atención haciéndome sentar en la cama de golpe.
Fede.
¿No era que no salía?

M ás de diez fotos en donde había sido etiquetado en una fiesta. Reconocía a sus compañeros de la universidad entre la gente y si. La chica del cabello corto ahí, a su lado.

Arrojé el teléfono contra la silla y me tapé la cara con la frazada. Quería gritar.
En lugar de eso, me senté, sujeté mi agenda, y clavando la lapicera contra la hoja, me descargué.

Quedé vacía, mirando un punto fijo en la pared. 

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