Divina

Divina

sábado, 16 de julio de 2016

Divina Capitulo 22



M is padres, habían optado por no castigarme.

—Te castigaste vos sola, piojo. – dijo mi papá. —Al quedarte sin vacaciones por tener que estudiar. Si no aprobas en diciembre, ya vemos que hacemos.

—Casi todo el mundo reprobó esas dos, Miguel. – me defendió Pepe, que en ese momento estaba en casa con M ay para que fuéramos a la fiesta de mi colegio.
—La vieja de Historia está loca y nos odia.

—Paula no necesita abogados. – le contestó despeinándolo. —Váyanse de una vez así
podemos ver la película en paz. – se rió.

Esa noche se quedaría con mi mamá en la sala viendo un DVD que acababan de comprar. Siempre hacían cosas juntos, o salían a comer. No pude evitar comparar la
situación de mis padres con los de Fede, y me puse triste. Debía ser difícil...

Nos terminamos de preparar y nos fuimos a la escuela, donde en el gimnasio se celebraría una fiesta de despedida a los alumnos de 6to año que egresaban.

Las chicas y los chicos de la promoción estaban en su mayoría borrachos en el escenario. En este caso era “Anaconda” de Nicki M inaj, que aparentemente habían
pedido para bailar todos juntos.

Con mis amigos no nos quedamos a ver el show porque no nos divertía ni un poco.
Fuimos con mis compañeros y empezamos a bailar por nuestra cuenta. Facu se sumó más tarde, dejándonos solos a Pepe y a mí, al llevarse a M ay.

Como siempre que empezaba a sonar a sonar cumbia, mi amigo se volvía loco. “Locuras contigo” de Rombai, era otra de esas canciones que se sabía de principio a
fin. Preparada para empezar a dar vueltas como loca, me sujeté a sus hombros con fuerza y me moví tratando de seguirle el ritmo.

M uerto de risa, a propósito bailaba rápido y me hacía girar entre sus brazos para que me costara seguirlo, pero ya tenía práctica, y me defendía bastante bien.

M ay, se acercó y nos abrazó por los hombros casi saltando mientras cantaba la canción.
La sumamos, y empezamos a cantarla todos como si se nos fuera la vida en eso.

Justo en ese momento, sentí que un par de brazos me agarraban por la cintura y me arrastraban hacia un rincón. Estaba por darme vuelta asustada, para insultar a
quien me estuviera tocando, cuando escuché su voz.

—Hola, peque. – sonreí y me giré pero para mirarlo.

—Hola. – me besó muy despacio. —Pensé que estabas en el escenario.


—M e aburrí. – se rió. —Además te vi llegar... y me estaba poniendo celoso de cómo bailabas con tu amigo.

—Amigos. – lo corregí. —Estaba bailando con mis dos amigos.

—Te vi con el chico ese de los pelos parados. – dijo de manera despectiva.

M e reí y miré hacia donde estaban.     Pepe me miró por un segundo, y después siguió bailando con la chica que estaba. M i amigo tenía éxito con las mujeres, no se
podía negar.
M ay había vuelto con Facu y bailaban abrazados, como yo estaba haciendo con Fede.

—Estas preciosa, Pau. – me tomó por el rostro y me habló muy cerca de los labios. —¿Querés estar conmigo?

No entendí bien a qué venía esa pregunta salida de la nada, pero no dudé en contestarle.

—Si, Fede. M e encanta estar con vos. – me besó con más fuerza y cuando se separó para tomar aire, llevó su boca a mi oído y me preguntó.

—¿Y serías mi novia? – las mariposas que tenía en el estómago se revolucionaron y el pulso se me disparó. Estaba ahí, pegado a mi cara, luciendo hermoso, y
pidiéndome que sea su novia. No podía creerlo.

Aunque no era dueña del control de mi cuerpo a esas alturas, me las arreglé para asentir con la cabeza y acercar mi boca para seguir besándolo.

Era como si todo el gimnasio, todo el colegio, todo el mundo acabara de desaparecer. Podía estar sonando cumbia de fondo, pero yo todo lo que escuchaba era el
sonido de mi corazón y la canción de The Black Keys, que ahora era nuestra canción.

Así, trenzados en un abrazo apasionado mientras nos comíamos la boca el uno al otro, empezamos nuestra relación de manera oficial.
Y así, con un montón de palabras dulces al oído y caricias tiernas entre besitos, empecé a engancharme como nunca antes.


No hay comentarios:

Publicar un comentario