TUS PADRES ocultan algo.
Paula miró contrariada a Pedro mientras volvían en coche a Londres esa misma noche. Aunque le costaba, tenía que admitir que él tenía razón. Sus padres ocultaban algo. El accidente de su madre con la taza de té al oír el nombre de Mario Tayson tenía que significar algo.
¡Pero Paula no tenía ni idea de qué podría ser!
Su padre había retomado el tema de la boda en cuanto volvió de la cocina.
-No ocultan nada -dijo ella, tras decidir hablar con sus padres en privado, puede que cuando fueran a Londres, aunque ese tema no se concretaría hasta conocer la fecha de la boda-. Te lo estás imaginando, Pedro -intentó cambiar de tema-. Cuéntame qué papeleo están solucionando tus abogados.
Ella no había olvidado el comentario de Pedro.
-¿No será algún tipo de acuerdo prenupcial, verdad? -insistió ella.
-¿Lo firmarías si lo fuera? -Pedro enarcó las cejas.
-¡Por supuesto que no! -le espetó ella.
-Eso pensaba yo -contestó él.
-Son un insulto a todas las partes implicadas -dijo Paula.
-La mayoría no valen el papel sobre el que están escritos -afirmó Pedro.
-Pues sin duda uno redactado por tus abogados sería inalterable -contestó ella contrariada.
-Seguramente -admitió Pedro-. Pero no es eso lo que están haciendo, y si lo fuera, tú no lo firmarías. El papeleo tiene que ver con el hecho de que soy estadounidense y me voy a casar en Inglaterra, de modo que esta conversación no tiene sentido, ¿verdad?
Paula estaba de acuerdo y se giró para que Pedro no percibiera el rubor de sus mejillas. Le alegraba saber la verdad sobre las gestiones de los abogados, pero se había quedado sin un tema que la distrajera de la extraña reacción de sus padres.
La reunión con sus padres no había resultado tal y como ella había esperado. Su intención era sacarle a Pedro el nombre de Mario Tayson, pero no se esperaba la reacción de ellos.
-Supongo que ésa era la intención -dijo Pedro, pensando en voz alta.
-¿A qué te refieres? -preguntó ella.
-Obviamente tus padres conocen tu relación con Mario Tayson y preferirían que yo no la conociera. ¿Por eso tanto misterio?
-¡Nunca he tenido relación con un hombre llamado Mario Tayson! -protestó ella acaloradamente-. Ni siquiera había oído su nombre hasta que tú lo mencionaste.
-Por favor, Paula, tus padres sí -dijo con calma-. ¡De modo que debiste de decírselo tú!
Ella se había dado cuenta de que sus padres conocían ese nombre, pero no sabía por qué.
Y tampoco entendía que Pedro hubiera llegado a la conclusión de que ella conocía a Mario Tayson. Un hombre que podría ser su abuelo.
-¡No entiendo por qué piensas que he tenido algo que ver con él! -ella sacudió la cabeza.
-Es muy sencillo, lógico en realidad, si lo piensas -dijo Pedro amargamente-. Miguel Chevis pintó ese retrato. Un retrato en poder de Mario Tayson cuando éste murió. En el retrato llevas un anillo de compromiso. Esmeraldas y diamantes si recuerdo bien -añadió secamente-. ¡Y por eso no te compré esmeraldas y diamantes!
Paula se había fijado en el anillo, pero nunca pensó que Pedro...
-¡Yo no te he pedido esmeraldas y diamantes! -exclamó ella agriamente.
-Mejor así -gruñó Pedro, consciente de que la idea de Paula llevando el anillo de otro le inundaba de celos. Ella era suya, maldita sea. ¡Suya!
Pero el anillo que llevaba en el cuadro, el hecho de que Mario Tayson fuera el dueño del cuadro, y la reacción de la madre de Paula al oír su nombre bastaban para convencerle de lo que siempre había sospechado: ¡Paula estaba prometida a Mario Taylor cuando tuvo un romance con Miguel Chevis!
Y la idea de Paula con otro hombre le volvía ciego de ira.
-Estuviste prometida a Mario Tayson y tuviste un romance con Miguel Chevis. Admítelo y déjalo estar -aulló furioso sujetando con fuerza el volante.
-Veamos si lo he entendido bien -dijo Paula-. Estuve prometida a Mario Tayson, un hombre evidentemente rico si pudo encargarle a Miguel Chevis un retrato mío, y entonces conocí al pintor y me uní a él, seguramente porque descubrí que era aún más rico que el primero -afirmó-. Y cuando mis relaciones con ambos fracasaron, evidentemente tenía que atrapar al dueño de las galerías Alfonso a cambio. ¿Me equivoco? -preguntó furiosa.
¡Eso se ajustaba bastante a lo que él pensaba!
Pedro estaba tan enfadado que quería odiarla, y aun así sólo pensaba en hacerle el amor.
-¿Adónde vamos? -preguntó ella contrariada al comprobar que no se dirigían a su apartamento.
-A mi apartamento -dijo Pedro, confirmando las sospechas de ella.
Paula tragó con dificultad. El estado de ánimo de Pedro era demasiado lúgubre y peligroso para que ella pudiese sentirse bien en su apartamento. La conversación sobre Miguel Chevis y Mario Tayson le había hecho parecer casi un extraño.
Y eso era precisamente lo que era, admitió Paula con resignación.
-¿Y por qué? -preguntó ella.
-Puede que me apetezca estar un rato a solas con mi prometida -dijo Pedro con ironía.
-No me lo creo, Pedro -Paula respiró hondo, sabedora de lo que eso significaba: lo que menos le apetecía era que Pedro le hiciera el amor estando enfadado.
-¿Y por qué no? -rugió él.
-No hace falta que te lo explique -contestó ella.
-No voy a hacerte daño, Paula -Pedro respiró ruidosamente antes de contestar.
Puede que físicamente no, a fin de cuentas tenía que pensar en el bienestar de su bebé, pero emocionalmente, ese hombre la destrozaría..
Pero para eso no les hacía falta estar a solas. ¡Era capaz de hacerlo sólo con mirarla!
-Al contrario -añadió él amargamente-. ¡Voy a hacerte el amor hasta que supliques piedad a gritos!
-Preferiría ir directamente a casa, Pedro-dijo ella, consciente de que él era capaz de cumplir su amenaza y sintiendo que se derretía ante la idea de que Pedro le hiciera el amor.
-¿Y no voy a pasar un rato a solas contigo hoy? -Pedro apretó los labios.
-Ahora estamos a solas -señaló ella con tristeza-, pero parece que no nos entendemos muy bien.
-Estoy de acuerdo en que nos entendemos mejor en la cama -rugió él.
Y justo ahí era donde quería estar Pedro en ese momento, en la cama con Paula, para respirar su perfume, tocarla, acariciarla, sentir su reacción ante él mientras se hundía en la calidez de su cuerpo.
¡La deseaba tanto que le dolía!
Wowwwwwwwww, espectaculares los caps de hoy!!!!!!!! Me fascina esta historia Yani.
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