Divina

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martes, 4 de agosto de 2015

El Hombre Más Deseable Capítulo 20



Esbozó una sonrisa, invadida por una inmensa ola de alivio. Una corriente de tristeza aún fluía en su interior, pero fue enterrada por la convicción de que aquello era lo mejor para ambos.

-No me lo has pedido. Ha sido una orden.

-Te lo pregunto ahora -le sujetó el rostro entre las manos-. Paula, te quiero. Debería habértelo dicho antes. Por favor, ¿volverás a casa conmigo?

-Yo... yo... -la voz se le quebró y se hizo un breve silencio-. ¿Qué?

-Te quiero -repitió él-. No quiero volver a pasar una noche sin ti en mis brazos -le escrutó el rostro, y las arrugas de tensión que se habían suavizado volvieron a marcarse-. Te lo ruego. Me ha costado mucho tiempo admitir que te quiero.

-Me quieres -dijo ella. Sintió que las rodillas le temblaban y tuvo que aferrarse a las muñecas de Pedro para no caer al asfalto.

-Te quiero -volvió a decir-. Iba a decírtelo antes de... de que mi padre llamara. Después... te fuiste y pensé que no volvería a tener la ocasión -dudó un momento, mirándola intensamente. Cuando volvió a hablar, lo hizo con voz vacilante, sin su seguridad habitual-: Dijiste que me querías. ¿Sigues sintiendo lo mismo?

-¿Sigo...? -sacudió la cabeza, maravillada. ¡Él la amaba!-. No te das cuenta, ¿verdad?

-¿Darme cuenta de qué? -no la soltó, pero su expresión era de sospecha.

-¡Te he querido desde el primer día en que me sonreíste, estúpido! -lo agarró de la camisa y lo zarandeó, aunque era como intentar mover un muro-. Te he querido cuando has sido gruñón en el trabajo, cuando has estado demasiado distraído para recordar mi nombre, cuando me has tratado como... como a un viejo zapato. Paula, la buena amiga -hizo un gesto de exasperación-. He soñado contigo durante años.

-¿Por qué nunca me lo dijiste? -Pedro no sonreía, pero en sus ojos brillaba una luz que unos momentos antes no se veía.

-¿Qué iba a decirte? -extendió las palmas hacia arriba-. Aquí tiene el instrumento que ha pedido, doctor Alfonso. Y, oh, a propósito, lo amo -al instante se puso seria-. No... no pensaba que me encontrabas atractiva.
Pedro soltó un resoplido.

-¿Cómo iba a saberlo? Te has esforzado porque nadie advirtiera tu presencia -sacudió la cabeza-. Aún recuerdo cómo me sentí el día en que salí a este aparcamiento y te vi con el pelo suelto por primera vez.

-¿Te fijaste en mí? -le preguntó arqueando las cejas-. ¿Cómo te sentiste?

Él volvió a rodearla con los brazos y se inclinó para besarla. Paula perdió el equilibrio y le echó los brazos al cuello, mientras separaba los labios para que él la invadiera con su lengua. La besó intensamente, dejándola respirar sólo cuando a él mismo le dolió el pecho por falta de aire.

-Estaba aterrorizado de que me hubieras dejado para siempre -susurró, apoyando la frente contra la suya.

-Lo había hecho -dijo ella-. Creía que jamás llegaría a significar para ti lo que tú significas para mí.

El volvió a rozarla con los labios y a apretarla con fuerza.

-Significas más para mí de lo que puedo expresar con palabras -y se lo demostró con otro beso arrebatador y apasionado que no dejaba lugar para la duda.

-¿Es esto un espectáculo gratis? -preguntó una voz femenina en tono burlón. Era la misma enfermera que los había interrumpido en la sala de descanso semanas atrás.

Y, como había hecho entonces, Paula intentó soltarse de los brazos de Pedro, sólo para descubrir que él no tenía intención de soltarla.

-Será mejor que os vayáis a casa a hacerlo en privado -aconsejó la sonriente enfermera-. O vamos a leer en periódico que se ha arrestado a ciertos miembros de la familia Alfonso por escándalo público.

-O algo peor -dijo Pedro, riendo. Soltó a Paula y se la llevó de la mano hasta su coche-. Vamos a casa. Recogeremos tu coche mañana.

-Podríamos volver a recogerlo hoy mismo, más tarde -dijo ella.
Pero él negó con la cabeza mientras la metía en el asiento y se inclinaba para besarla otra vez.

-Tengo planes para el resto del día. Y te garantizo que no incluyen venir a recoger el coche.






FIN!! 

2 comentarios:

  1. Ayyyyyyyy, x favor, qué manera de sufrir hasta el último momento Yani. Preciosa esta historia.

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  2. bellísima historia Yany, me encanto el final, avísame como siempre cuando subas otra

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