Pedro
Landon se queda perplejo al verme.
—¿Qué haces tú aquí? —me espeta cuando irrumpo en el despacho de mi padre.
—He venido a hablar contigo.
—¿Sobre qué? —inquiere mientras me siento en el sillón grande de piel que hay detrás de la carísima mesa de roble.
—De Pau, ¿de qué va a ser? —Pongo los ojos en blanco.
—Me ha contado que ya le has pedido salir. Veo que le has dado mucho espacio.
—¿Qué te ha dicho? —lo interrogo.
—No voy a contarte lo que me ha dicho. —Desliza una hoja de papel en el fax.
—¿Qué estás haciendo? —le pregunto.
—Mandar mi expediente académico a la NYU por fax. Me traslado allí el trimestre de verano.
«¿En verano? ¡Joder!»
—¿Por qué tan pronto?
—Porque no quiero seguir perdiendo el tiempo aquí cuando podría estar con Dakota.
—¿Lo sabe Pau?
Sé que eso la entristecerá. Él es su único amigo de verdad, y eso en cierto modo hace que yo también sea reacio a que se vaya.
—Por supuesto que sí. Ella ha sido la primera en saberlo.
—Bueno, necesito ayuda con la mierda esta de la cita.
—¿La mierda de la cita? —Sonríe—. Qué bonito.
—¿Me vas a ayudar o no?
—Supongo. —Se encoge de hombros.
—¿Dónde está ella ahora? —le pregunto.
He pasado por delante de la habitación donde se ha estado quedando, pero la puerta estaba cerrada y no he querido llamar. Bueno, sí quería llamar, pero estoy haciendo todo lo posible por darle un poco de espacio. Si no hubiera visto su coche aparcado fuera, ahora mismo estaría de los nervios, pero sé que está aquí. O, al menos, eso espero.
—No lo sé, creo que está con ese tal Zed —dice Landon, y se me cae el alma a los pies.
Me levanto del asiento en cuestión de segundos.
—¡Es broma! Es broma —se apresura a añadir con una sonrisa burlona—. Está en el invernadero, con mi madre.
Sin embargo, no me importa, me alivia pensar que mis fantasías paranoicas estaban sacando lo mejor de mí.
—Pues no tiene ninguna gracia. Eres un capullo —le espeto, y él se ríe—. Ahora tienes que ayudarme sí o sí —le digo.
Después de darme algunos consejos, Landon da por finalizado nuestro encuentro y me acompaña hasta la salida. De camino, le pregunto:
—¿Ha conducido ella hasta Vance estos días?
—Sí, faltó un par de días cuando estaba..., bueno, ya lo sabes.
—Hum... —Bajo la voz mientras pasamos por delante de la habitación de Pau. No quiero pensar en el daño que le hice, no en estos momentos—. ¿Crees que estará ahí dentro? —susurro. Se encoge de hombros.
—No lo sé. Probablemente sí.
—Debería... —giro el pomo y la puerta se abre con un pequeño chirrido.
Landon me fulmina con la mirada, pero yo hago caso omiso y me asomo.
Está tumbada en la cama, con papeles y libros de texto esparcidos a su alrededor. Todavía lleva puestos los vaqueros y una sudadera; debía de estar realmente muy cansada para haberse quedado dormida mientras estudiaba.
—¿Has terminado de comportarte como un mirón? —sisea Landon en mi oído.
Le doy al interruptor de la luz para apagarla, me aparto del umbral y cierro la puerta.
—No soy ningún mirón. La quiero, ¿vale?
—Ya, pero está claro que no entiendes el concepto de darle un poco de espacio.
—No lo puedo evitar. Estoy acostumbrado a estar con ella, y he pasado un auténtico infierno estas últimas dos semanas sin su presencia. Me cuesta mantener las distancias.
Bajamos la escalera en silencio y espero no haber parecido demasiado desesperado. Pero bueno, sólo es Landon, así que en realidad me importa una mierda.
Detesto estar en el apartamento ahora que Pau no está allí. Por un momento considero llamar a Logan y pasarme por la casa de la fraternidad, pero en el fondo sé que no es buena idea. No me apetece que haya problemas, y allí siempre los hay. Pero es que no quiero volver a ese piso vacío.
Lo hago de todos modos. Estoy agotado, tengo la sensación de no haber dormido bien desde hace siglos. Me tumbo en nuestra cama e intento visualizar sus brazos alrededor de mi cintura y su cabeza sobre mi pecho. Me cuesta imaginarme la vida así. Si no consigo recuperarla, si no consigo volver a sentir el calor de su cuerpo junto al mío... Tengo que hacer algo. Tengo que hacer algo diferente, algo para demostrarle, a ella y a mí mismo, que puedo hacer esto.
Puedo cambiar. Tengo que hacerlo y, joder, lo haré.
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ahiiiiii solo 23 cap mas y se termina...
se piso buenísima, me encanta todo lo que va hacer para recuperarla
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