Divina

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martes, 16 de agosto de 2016

Divina Capitulo 72




Noviembre II



De vuelta a mi casa definitivamente, tenia que levantarme un poco mas temprano para llegar a tiempo al trabajo. Ahora tenia que tomar un colectivo, cuando antes lo tenia a pocas cuadras de distancia, y tenia que aceptar que era pesadisimo.

Esa media hora de sueño, para mi era fundamental.

Pero tenia su lado positivo.

Al menos me dormía sin problemas a la noche, y eso evitaba que mi cabeza me traicionara, y me hiciera pensar en cosas que me dolían.

Las clases de spinning mantenían ocupadas mis tardes, y mis amigos habían sido un buen soporte para no volver a caer en el estado zombie en el que siempre caían cuando estaba triste. Ya no volvería a eso, por nada del mundo.

Las lectoras de mi blog, también querían darme palabras de apoyo y al enterarse de que era escritora, quisieron saber mi verdadero nombre. Así que después de consultarlo con mi editor, para ver si era conveniente, cambie el nombre del sitio por el mio propio. Y nunca hubiera estado preparada para semejante respuesta.



Al otro día, cuando me levante tenia cincuenta solicitudes de amistad en Facebook, y las ventas de mi libro habían disparado en pocas semanas.

Y si, no todos los comentarios que me hacian eran bonitos, pero tenia que empezar a adaptarme. Era normal. No podia gustarle a todo el mundo. Solo el primer dia despues de una mala, malisima critica, me encerre en mi habitacion y llore como loca... pero despues que vino la segunda, y la tercera, ya no me pegaron tan duro.

Habia algunas reseñas que me hacian pensar que la persona, ni se habia tomado la molestia de leer mi libro, pero bueno. Todos tienen derecho a opinar, y de todas maneras, internet esta lleno de gente que lo hace por deporte. ¿que pretendia? ¿que tuviera en cuanta mis sentimientos ? Ni me conocian...


y aunque estaba tratando con todas fuerzas no pensar, siempre me venia a la mente que un abrazo de él, lo hubiera solucionado todo. A su lado, no me hubiera parecido tan terrible. Lo extrañaba...

me entere por May, que habia sacado todas sus materias y que ya estaba libre y de vacaciones. Con sus padres en Barcelona, no tenia mucho que hacer y habia empezado boxeo, para retomar su entrenamiento. Mi amiga me habia querido decir que lo habia visto triste, pero no la deje. La hice callar y le cambie de tema. De nada nos serviria a ninguno de los dos saber que el otro sufria.

Mis amigos se habian preocupado despues de la fiesta de Carlos Paz, porque los dos dejamos bien claro que era algo definitivo y queriamos dar vuelta la pagina a lo nuestro y dejarlo en el pasado.

Facu, que aunque estaba lleno de buenas intenciones, pero a veces tenia la lengua muy floja, se le había escapado contarme que mi ex estaba saliendo casi todas las noches y se emborrachaba como la ultima vez que nos habiamos visto. En el momento, logicamente, porque no soy de piedra, me mori de celos prensando que estaria conociendo a otras chicas y tal vez llevandolas al departamento, pero era puro masoquismo.

No queria pensar en estas cosas, y eso trate de hacer.

May, enojada con el comportamiento de nuestro amigo, me habia querido presentar algunos de sus compañeros de la universidad que estaban solteros, pero me habia negado. No estaba para conocer a nadie. Yo todavia amaba a Pepe, y todavia me dolia su ausencia. No hubiera sido sano negarlo.

No ayudaba a mi estado de animo, el ver el calendario y saber que el mes siguiente se cumpliria un año que nos habiamos puesto de novios. Iba a ser nuestro primer aniversario, pero ya no estabamos juntos para celebrarlo. Un año atrás, yo estaba sufriendo pensando que se lo llevaban a kilometros de mi, y ahora que estabamos viviendo a poco menos que un colectivo de distancia, estabamos mas lejos que nunca.

Una noche, me junte con May, Facu y Fran a comer unas pizzas, y la parejita nos sorprendió con una noticia. Se iban todo un mes de mochileros a Europa. Los padres de mi amiga, le habian dado una suma importante de dinero por su cumpleaños, y los padres de él, aunque todavia les duraba un poquito el enojo de que su hijo hubiera dejado la carrera, tambien habian contribuido para que el viaje fuera posible.



Era el momento, y la edad perfecta. A ella le vendria genial para aprender de otras culturas, y Facu, habia averiguado para hacer un curso de cocina en Francia. Era genial, y estaban super emocionados.



-tenemos que hacer una fiesta de despedida. -propuso el chico. -nos vamos a finales e febrero y marzo. Volveríamos para las clases directamente.









-Podemos hacer una fiesta ahora que estamos todos, y despues otra, cuando nos estemos por ir de verdad. -dijo May- en enero, Pepe se va a España y no se si va a estar para despedirnos en el aeropuerto.



-¿se va a España? -dije fingiendo indiferencia, aunque penosamente, porque todos me miraron atentos.



-hace meses que no ve a su familia, es logico. -dijo Facu.



-y... -queria preguntarlo con todas mis fuerzas.no podia evitarlo. -¿por cuanto tiempo se va?- en mi cabeza se repetia una y otra vez la promesa que nos habiamos hecho, él no se podia ir definitivamente. Pero no estamos juntos ya, ¿que sentido tenia seguir cumpliendola? Ya ni nos veiamos.



-no sabemos – dijo May esquivando mi mirada- no queria hablar mucho del tema.



-Pau -me llamo Facu, porque yo me habia quedado en blanco mirando la pared. -te tenemos que pedir un favor. -asiento todavía distraida. -no podemos hacer la fiesta sin él...



-Ah. -dije- por mi no hay problema, sui quieren le pueden decir que vaya a esta fiesta, y yo voy a la otra. Yo no me voy de vacaciones.



-No, Paula. -discutio mi amiga- tiene que estar los dos. Somos todos amigos, dejate de joder.









Despues de un borrinche digno de una nena de seis años, terminaron convenciéndome de decir que si. Queria demasiado a Facu y a May como para negarselos. Por lo menos por las buenas, si despues me daba un terrible de panza a ultimo momento, era otra cosa. Y nadie podia culparme, ¿no?.



Justo cuando estaba por irme, mi amiga me freno y me dijo bajito pero entre dientes.



-si no vas a la fiesta o te haces la enferma, no te hablo mas. -amenazo- te lo juro.



Mierda. La muy maldita, me conocia al punto de leerme la mente. Puse los ojos en blanco y acepte mi derrota. Me tocaba ir. Iba a tener que soportar tener que verlo de cerca y aguantarme todo el dolor que sentia para poder ir a esa bendita fiesta.



Tras mucho pensar, me arme de valor y una tarde, volvi a marcar su numero despues de tanto tiempo sin hacerlo.



Las manos me temblaban y literalmente podia sentir el corazon en la garganta. Me latia a toda velocidad a punto de estallar.



-Hola -contesto con voz ronca. -¿Pau?



-ahm.. s-si. si. -conteste como una idiota. -¿estabas durmiendo? Puedo llamarte despues, o... -empece a balbucear.



-no, no. -se aclaro la garganta. - me quede dormido mirando una pelicula, pero si puedo hablar -se apuro en contestar.



-ok -mire mis dedos pensando que decirle. Dios, me habia pasado dos horas calculando cada palabra, y toda la noche anterior imaginandomelo, y ahora me quedaba muda. Mierda.



-¿todo bien? -pregunto cortando el silencio enorme que me estaba asfixiando. Podia sentir los segundos pasando, gigantes... y no era capaz de hablar.



-eh, si -cerre los ojos con fuerza y me pegue con la palma en la frente. - te llamo por la fiesta de los chicos, que se van a Europa. -dije rapido antes de ponerme a tartamudear otra vez.



-ah, si. -comento- me dijeron. Te juro que intente zafar para que no te sintieras incomoda, pero me amenazaron. Tuve que decir que iba a ir. Pero puedo inventarme una enfermedad a ultimo momento.



La risa me salio sola, desatando un poquito el nudo que tenia en la panza desde que habia empezado la charla.



-lo pense yo tambien, y te aviso que no te va a funcionar. -dije entre risas. - nos conocen, no te van a creer.



Escucharlo reir del otro lado de la linea logro calmar mis nervios un poco, y de ahi en mas la conversación se volvio mas facil. Llegamos a un acuerdo, y era que no estariamos raros esa noche. No teniamos por que sentirnos incomidos ni hacer sentir incomodos a los demas. Nosotros tambien eramos amigos.



Nos pusimos al dia de nuestras vidas en una de esas charlas que teniamos siempre en donde no nos deciamos nada importante, pero terminabamos compartiendo chistes privados, hablando nuestro propio idioma, que nunca nadie mas que los dos entenderia.



Y unos dias despues, ahi estaba. En la casa de Facu, con mi vaso en la mano, haciendo previa antes de ir al boliche que habian elegido para salir. Aunque no queria parecer que me arregalaba demasiado, me habia comprado un vestidito azul para la ocasión, y si, tambien zapatos. No habia podido evitarlo, queria estar linda.



Hacia tiempo que no iba a la peluqueria, y mi cabello estaba larguisimo, asi que aproveche para plancharmelo como tanto me gustaba. May me habia elogiado y estaba emocionada porque supuestamente dos de sus compañeros que estaban presentes en la fiesta, querian mi Whatsapp. Me daba igual, no podia pensar en nada que no fuera Pepe. Ibamos a volver a ser amigos como siempre, pero hacia tanto que no lo veia que el reencuentro me ponia histerica. Tenia la boca seca y no podia resistir tan nivel de ansiedad.



Un rato antes de que nos fueramos, él aparecio poniendo como excusa que justo esa dia habia estado entrenado. Pero ambos sabiamos que llegando sobre la hora, habia querido hacer las cosas mas faciles para los dos. En el boliche con el ruido, la gente, los tragos... nos seria tan incomodo interactuar, como en la casa de mi amigo.



-Hola, Pau. -dijo acercándose para darme un beso en la mejilla. Todos estaban atentos y podia sentir sus miradas poco disimuladas en la nuca.



-Hola, Pepe -salude con una sonrisa mientras e devolvia el beso y le daba de paso, un pequeño abrazo amistoso. Queria demostrar que no me afectaba, pero logre todo lo contrario. su perfume fue como un puñetazo en toda la cara, y su toque, una descarga electrica que me sacudio el piso en el que estaba parada.



Él tambien debio sentirlo, porque mientras nos separabamos lo vi apretar la mandibula, y respirar profundo.



Estaba guapisimo con sus jeans oscuros y camisa blanca. Tenia la barba apenas crecida y se habia cortado el cabello en la nuca y los costados. Dejando la parte de adelante, y flequillo mas largo, peinado para todos lados como le gustaba. Parecia mayor... mas....



-la baba. - me dijo Facu al oido mientras pasaba por ahi- se te cae la baba. - aclaro con una sonrisa picara. Puse los ojos en blanco y le pegue un manotazo en la nuca para que dejara de decir pavadas. -a él tambien se le caia recien cuando te vio – agrego encogiéndose de hombros.



-Basta. -lo frene. -dejate de ideas raras. Arreglamos las cosas con Pepe, y somos amigos nada mas. - ¿si? Entonces ¿porque esa sonrisa de boluda, Paula? Pense.



Ignorando las miradas suspicaces de nuestros amigos, fuimos todos juntos al boliche y al llegar, nos mezclamos para enseguida copar la barra. Era una noche calurosa, y habiamos ido a pie, asi que estabamos desesperados por tomar algo fresco.



Sin querer repetir el papelon de la ultima vez, me modere y al segundo trago lo tome sin alcohol. Todo lo contrario que Pepe, que iba por su tercera copa, y no lo veia con ganas de parar. De hecho, animado por la musica que sonaba, y en medio de palmas, propuso una ronda de chupitos de tequila.



Con la cancion “chiquita Bonita” de VI-EM se acerco para sacarme a bailar. Dude, pero negarme hubiera sido tal vez peor. Asi que como su nada, me sume a sus pasos y cantando como habiamos hecho siempre nos divertimos, como dos amigos.



Se lo veia de tan buen humor, que era contagioso. Ademas por mas que quisiera negarlo, que estuviera bailando conmigo, alejaba un poco a mas de una que se lo comia con los ojos. No estabamos juntos, pero tenia que reconocer que si lo veia besar a otra esta noche, iba a empezar a repartir trompadas y arañazos.









-vamos a buscar algo para tomar. -dijo hablando en mi oido para que lo escuchara... poniendome todos los pelos de punta. Su mano se acomodo en mi cintura y me llevo a la barra con sus dedos ahi... quemandome la piel a traves de la tela del vestido. Mierda.



Controlate, Paula... que esto termina mal.



Sonrei y le dije que no tenia muchas ganas de tomar nada, pero insistio y compro un vaso gigante de Vodka con energizante para compartir.



Apenas nos entregaron la bebida, le dio un trago de golpe tomandose una cuarta parte sin respirar. Mierda. Se le contrajo un poco el gesto y cerrando un ojo se rio.



-esta un poco fuerte -se excuso- toma. -dijo alcanzandomelo y rozando mis dedos casi como sin querer. Casi. Nos conociamos demasiado.



Probe un poquito y tenia razon, por poco me quema la garganta. Esta muy puro para mi gusto.



Solte el aire por la boca tratando de aliviarme y le devolvi el vaso para no seguir tomando.



Encongiendose de hombros, se tomo lo que quedaba y siguio bailando como si nada. Fuimos donde estaban nuestros amigos, y en cuanto estuvo un poco lejos, me acerque a Facu para hablarle y que Pepe no me escuchara.







-tu amigo esta tomando mucho. -le dije preocupada. -va a terminar mal si sigue asi.



-esta grande, se sabe cuidar. -contesto despreocupado- -y para lo que toma ultimamente, esto no es nada.



Me gire para mirarlo y ademas de estar bailando con una chica que no conocia, estaba tomando de otro vaso lleno, con él, lo miraba con los ojos como platos y despues de decirle algo al oido, se termino yendo con sus amigas con el ceño fruncido. Pepe no parecia haberse dado cuenta, y ni la saludo.



Suspirando, decidi hacerle caso a mi amigo, y dejar de preocuparme. Uno de los compañeros de May me busco para bailar, y sonriendo lo segui para distraerme. Se llamaba Ramiro, tenia el pelo castaño y unos ojos azules brillantes y simpatico. Me caia bien, y era divertido, pero si me preguntaban realmente, no me movia ni un pelo. Cualquier chica del boliche hubiera querido estar en mi lugar, el chico era muy bonito, pero a mi no me hacia sentir nada. Nada de nada. Me acorde de que mi amiga me habia dicho que era mi tipo, y ahora me daba cuenta porque. Los mismos rasgos de Pepe, la misma sonrisa picara de Fede.



La panza se me hizo un nudo pensando en mis exs y me tuve que alejar. Era una mala idea, queria irme a mi casa.









Sali casi corriendo y justo cuando estaba por tomarme un taxi, vi que sentado en los escalones del edificio del lado, Pedro estaba con el rostro entre las piernas. Parecia dormido.



Fui acercándome despacio y cuando puse la mano sobre su hombro, se sobresaltó y me miro perdido, con los ojos rojos. Intento levantarse, pero las dos vces cayo sobre su trasero haciendo un escandalo mientras insultaba y se reia. Tenia que llevarmelo de ahi.



Lo subi a un taxi ayudada por el taxista, y le di la direccion del departamento. No se que estaba pensando, pero solo no podia dejarlo. Menos en ese estado. Ni lo dude.



Al otro dia, senti que la cama se movia. Mas bien se sacudia. Abri los ojos para encontrarmelo mirandome desconcertado y espantado como si hubiera visto un fantasma. El pobre no debia recordar nada de la noche anterior y se estaria preguntando que hacia yo ahi a su lado.



-Pau... eh... anoche... -balbuceo con la voz ronca, mientras sus ojos desorbitados repasaban la cama, la habitacion y a mi. Al verme vestida parecia mas confudido y apiadandome de él, le explique.



-estabas borracho y te traje a tu casa. - parpadeo un par de veces, y le volvio el color a las mejillas de golpe, sonrojandose. -no te quise dejar solo, porque estabas mal- asintio arrugando la nariz y yo aprete los labios para no reir.



-perdon. -se tapo la cara, avergonzado. - y gracias, por todo. -tomo mi mano de manera inconsciente y la acaricio con cariño.



-no hay problema. -conteste sin soltarlo. -hubieras hecho lo mismo. -le sonrei.



Si no me iba en ese instante, las cosas podian complicarse. Tenerlo tan cerca, con esa cara de dormido, el cabello desordenado y encima tocandome, me estaba costando.



Sus ojos me miraban ansiosos, y algo asustado, sin saber que hacer, se acerco un poco mas a mi. La mano que sujetaba la mia, me solto para acariciar mi mejilla con cuidado. Sabia lo que venia, y no habia manera de frenarlo. Nunca hubiera tenido la voluntad para hacerlo.



Sus labios encontraron los mios, y dulces como los recordaba, se movieron insistentes haciendo de ese beso; EL BESO. El que estaba esperando sin saber que estaba esperando algo.



El calor de su boca, seguia teniendo en mi el mismo efecto de siempre en mi estomago. Las mariposas seguian alli, y seguian sintiendo esos fuegos artificiales emocionantes que me hacian suspirar, y tomarlo del rostro para besarlo con mas fuerza.



Un jadeo salio de su garganta y abrazandome por la cintura, me giro para acostarme a su lado de manera desesperada.



Habia extrañado tanto estar asi con él, que no terminaba de creermelo. El pecho me estallaba de tanto amor.



Justo cuando separo su rostro para mirarme a los ojos, su telefono celular sono y me hizo reaccionar. Lo estaban llamando, y por lo contrariado que parecia al ver de quien se trataba, me podia dar cuanta de que era ella. Un beso podia hacerme olvidar de todo, pero cuando ese hechizo se rompia, volvia a la realidad de golpe y era terrible. Pepe ya no era mi Pepe, y me dolia.



Me separe rapido de él cuando lo vi dudar si atendia o no, y sin mirar atrás, volvi a mi casa.



Ignore por dias sus llamadas convenciendome de que hacia lo correcto.



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