Me alivio que no hubiera cambiado la cerradura, y tirado todo lo mio a la basura. O que no lo quemara en el horno. Cosa que probablemente yo hubiera hecho con lo suyo.
Junte todo en un bolso y a fuerza de patadas, lo hice entras a las apuradas.
La llave de la puerta me sobresaltó y pálida, me quede congelada mirándolo, mientras entraba con su musculosa blanca y pantalones de entrenar y al verme, se frenaba en seco. Mierda.
-vine a buscar mis cosas -dije justificándome como si fuera una ladrona atrapada robando.
-ok -contesto, y como si nada, se saco la remera y entro al baño pasando junto a mi con el torso al aire. Tan cerca, que podía olerlo.
algo que para nosotros era totalmente natural cuando estábamos juntos. Lo había visto tantas veces desnudo, como vestido, pero ahora, no pude evitar sonrojarme como una estúpida.
Sacudiendo la cabeza, tome lo que quedaba sin guardar, y me lo lleve todo casi corriendo. Escapando justo en el momento en que se escuchaba correr el agua de la ducha.
Y esa no había sido la ultima vez que nos cruzamos. Cada vez que veía a mis amigos, aparecía como si nada, y yo después de un rato, tenia que irme. Se me hacia muy duro verlo, era pronto.
Estaba empezando a creer que Facu, May y Francisco se ponían de acuerdo para que esos encuentros supuestamente casuales, se dieran. Todas las veces, él me había saludado bien, y aunque evitaba mirarlo a los ojos, podía sentir como los suyos se me clavaban en el rostro sin disimulo. Era una tortura. Las semanas trascurrían y aunque al principio, aunque al principio, después de cortar, me había insistido con llamadas y mensajes, a medida que pasaba el tiempo, al darse cuenta de que no le contestaría, había dejado de hacerlo.
La primera de mis amigos en terminar su año universitario, había sido May. Había dado su ultimo examen un sábado a la mañana y diez minutos después, estaba subida al auto que la llevaba su casa de Carlos Paz porque había planeado una fiesta para los mas cercanos.
Yo me anime a ir solo porque me dijeron que habían hablado con Pepe y como rendía la semana siguiente, no creían que pudiera ir. Mejor dicho, lo mas probable es que no fuera.
Aprovechamos el calor insoportable que estaba haciendo para tirarnos en la pileta y esperara que llegaran los otros invitados. Facu llego un rato después y se encapricho son hacer choripanes para cenar, así que con Francisco que había caído a las seis, fueron a comprar todo lo necesario para hacerlo.
Los compañeros de May eran simpáticos, y tenían ganas de divertirse después de meses de estudio, así que se pusieron a preparar tragos para todos y pusieron música para animar la fiesta.
Nos estábamos por acercar a la mesa para comer, cuando el timbre volvió a sonar. El pulso se me disparo y se me aflojaron las rodillas. Pepe, llegaba, saludando a todos con la mano, pero mirándome fijo a mi. Mierda. Me aleje todo lo que pude, y por el rabillo del ojo, cada tanto lo veía moverse y charlar con otros. Estaba con una sus camisas celestes, esas que tan bien se le veían, con su jean preferido. Como siempre despeinado, y se había dejado crecer un poquito la barba. Que lindo esta... pensé con amargura. ¿estaría saliendo con alguien ya?
May, al verme la cara, me paso un vaso de cerveza y me obligo a hacer un fondo blanco. ¿para que estaban las amigas, si no era para eso, no?
Fran que bailaba un tema de pop que sonaba en ese momento, me tomo de la mano y me hizo girar. De repente se freno y mirando su celular, atendió una llamada.
-¿ya estas acá? Salgo a buscarte, querida. - y corto.
Me hizo señas y se fue hasta la puerta. Cuando volvió, traía a una Jazmin animada, y preciosa que dejo a todos los hombres de la fiesta con los ojos como plato. Su short apenas le servia para taparse, y u top le marcaba todo. Ni una gota de maquillaje, y se veia como una maldita modelo. Genial.
¿que mas me faltaba?
La chica fue directo a su objetivo, mi ex, que la miro molesto y desconcertado. Desde lejos se notaba que no sabia que se presentaría en la fiesta. Cruzaron algunas palabras, y él se fue con Facu a tomar algo, dejándola sola. No quería, pero una sonrisa tiro de mis mejillas, y no pude evitar alegrarme de ese rechazo que acababa de ver.
Trate también de ignorarla a ella, pero parecía que buscaba a cada rato, quedar a mi lado para incomodarme con su presencia. Estaba tomando mi segunda cerveza, cuando la escuche charlar con su amigo en voz bastante alta.
-y mañana voy a ver si voy a la casa de Pepe después de la fiesta -contaba con gesto cómplice. -el otro día me deje mis apuntes cuando fui, y ya que estoy... -se rió-
Apure mi bebida para no sacarle la mierda a golpes, porque era precisamente lo que quería hacer.
-Te va a echar a patadas. -contesto el otro como si nada. -yo que vos, me dejo de joder y busco por otro lado... porque con él no tenes chances.
Lo quise comer a besos en ese instante . La rubia había resoplado y de manera soberbia se apostaba todo a que iba a lograr lo que tanto quería.
Buscando ser el centro de las miradas, Jazmin tomo dos botellas y varios vasitos de shot.
-chicos, juguemos al “yo nunca”. -propuso con su mirada coqueta moviendo el culo para todos. Ese típico juego en donde una tenia que beber si es que había hecho lo que se decía después del “yo nunca”.
A todos se les caía la baba, y no podían disimularlo. Facu, que miraba cada tanto, tal vez preocupado de que me volviera loca y empezara a matarlos a todos, para después prender fuego la casa conmigo dentro. Pero no, estaba en control de mis emociones.
-yo empiezo. -pestañeo repartiendo los vasitos. A mi sin mirarme, claro. -yo nunca... quise estar con alguien que tenia pareja. -se rió y vació su trago mirando a Pedro con toda la intención. Y yo tuve dos opciones: la ignoraba, o la tenia que reventar a patadas. Elegí lo primero.
Creo que todos tomaron. Yo mire mi vaso y pensé. Cuando Pepe estaba con Barbie, yo ya lo quería para mi. Así que tome y alcance a ver que él también lo hacia mientras me miraba. Sin dudas, habíamos pensado lo mismo. A él le había pasado cuando yo estaba con Fede.
-yo nunca, le arranque los pelos a una rubia estúpida. -dijo May con maldad y tomo la mitad de su vaso. -bueno, casi. Me falta poco para hacerlo.
Se intercambiaron miradas envenenadas, y algunos comentarios por parte de los invitados que no entendían que pasaba.
Pedro miraba serio, y se lo notaba algo raro. Creo que había estado tomando de mas...
-yo nunca, fui borracho a clases. -dijo Fran, queriendo aligerar el momento tenso. Todos tomaron menos yo, y se rieron con alguna anécdota.
-yo nunca,... -empezó a decir Pedro arrastrando las silabas, enredándose. -yo nunca me fui a cenar con mi ex , Federico, tres segundos después de cortar con mi novio. -levanto una ceja en mi dirección y tiro el contenido del vasito al pasto mientras yo, que me había bloqueado por sus palabras, me llevaba el mio a los labios y tomaba. Mierda. ¿como sabia eso? Facu... seguramente se le había escapado y le había contado.
Jazmin, que lo veía perturbado, se le acerco y le paso un brazo por los hombros abrazándolo. Él estaba tan ido que ni se percato. Solo tenia ojos para clavarme esa mirada celeste en la miá, y estremecerme por completo. No tenia por que justificarme, y menos viendo como esa idiota se aprovechaba y lo tocaba en mis narices. Lo que había dicho había sido bajo, y se había formado un silencio incomodo. Estaba humillándome delante todo el mundo, quería matarlo.
Entorne los ojos y me puse de pie, como pude.
Trastabille un poquitito, pero el liquido no se me volcó del vaso y logre decir.
-yo nunca... -ok, hazlo mejor yo también estaba algo ebria. -nunca me quede en Argentina al pedo. -tire el vaso de shot haciéndolo estallar contra el piso y me acerque a Pedro para que solo él me escuchara. Su gesto se había contraído y parecía que temblaba. No sabia si de ira, o algo mas... -daba lo mismo que te fueras a Barcelona.
Pase por su lado empujando su hombro y me metí a la casa como una ráfaga. La fiesta siguió, pero yo ya no tenia ganas de estar presente. Estaba lejos de casa, y se suponía que me tenia que quedar a dormir. Así que busque el cuarto de invitados, y me encerré en el. Golpearon la puerta y pensé que seria mi amiga que vendría a consolarme, pero no.
Era Pedro, que en el estado que estaba, caminado hacia mi, se tropezó golpeándose la pierna una mesita. Sin hacerle caso al dolor, se acerco hasta donde estaba y me miro angustiado.
-Perdón, mi amor. Perdoname -me tomo el rostro con delicadeza y me siguió susurrándo que lo perdonara. Estaba tan aturdida por la cercanía que no podía reaccionar ni decirle que pare. -No me quede al pedo en Argentina. Me quede por vos y no me arrepiento. Me voy a seguir quedando... te lo prometí. -sus dedos acariciaban mis mejillas con ternura y yo me estaba derritiendo. -estas tan hermosa , perdoname. Te amo -balbuceo con la lengua trabada.
Se inclino y sus labios se posaron en los míos apenas rozándose. La sensación fue como si un rayo acabara de darme una descarga eléctrica. Todo en mi cuerpo reacciono y nunca lo desee mas, pero también, me sirvió para despertar del trance.
Me aleje de su agarre y negué con la cabeza.
-Perdoname, Pau -sollozo abatido. -te extraño.
-te perdono, -dije asintiendo con ganas de abrazarlo, pero mantuve mi distancia.. -pero no me pidas mas, que me hace mal.
Estaba siendo sincera, sin embargo, que lo perdonara no cambiaba mucho la situación. Habían pasado muchas cosas y no quería seguir sufriendo. Quería superarlo, y seguir adelante. Él hacia tiempo ya no tenia lugar para mi, en su vida.
Asintió entendiéndome, y se seco una lagrima de la mejilla con el dorso de la mano.
-estas muy borracho, necesitas dormir. -le hice señas de que se acostara, y yo me acosté a lado sin decir nada mas.
Me abrazo toda la noche, aunque sin segundas intenciones. Había sido una abrazo de amor, porque lo necesitaba, tanto como lo necesitaba yo. Un abrazo que trasmitía lo mucho que nos queríamos, y lo lejos que habíamos estado todo este tiempo.
Sabia que apenas nos despertaríamos al otro día, cada uno seguiría su ritmo, pero por ahora solo podía pensar en que en sus brazos me sentía exactamente como me quería sentir para siempre.
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