Octubre:
Y esas ultimas semanas, me estaba resultando fácil porque nos estábamos viendo poco. Estaba todo el día estudiando y haciendo trabajos con sus compañeros y yo, no decía nada. Me moría de celos cada vez que Pepe nombraba a Jazmín. No me gustaba nada.
Con los días, empece a alejarme para que no se notara. El me veía rara, y ya se había cansado de preguntarme que me pasaba, pero yo lo evadía y le cambiaba de tema.
Me inventaba cualquier excusa y me quedaba trabajando hasta tarde, o pasaba tiempo con mi familia las pocas veces que él estaba en el departamento.
Tenia que pensar con la cabeza fría, y no volver a hacer lo del banderín, porque no servia de nada, y yo terminaba sintiéndome una mierda.
Y si, por momentos, me ponía furiosa.
Bastaba escucharlo hablar de la chica, verlos juntos por ahí, o ver que en los apuntes de estudio, ella siempre le escribía notas al margen o le dibujaba pavadas, para querer matarlos de manera violenta.
Me desconocía.
Los únicos que sabían de todo esto eran mis lectores del Blog y Facu.
Pero es que también eso. A veces, leía lo que me escribían y mas me molestaba. Todas me contaban sus propias experiencias, y me decían que tenia que sospechar de mi novio. Y yo no quería, pero ya estaba podrida de la rubia.
Mi amigo, que ya había hecho las pases con May, me escuchaba y trataba de calmarme. Me decía que él había exagerado, y que a mi me estaba pasando eso.
-Me perseguí demasiado. -me decía- vos tenias razón, May me quiere... y yo la quiero a ella. Estamos bien y no tengo que pensar mal de ella o perderle la confianza. No se lo merece. Y seguro que lo de Pepe es lo mismo.
-Confió en él -le asegure- pero no hace acordar demasiado a lo que me paso con Fede.
-No vas a comparar -dijo mi amigo resoplando.
-No, no puedo comparar. Con Pepe seria mis veces peor. -conteste angustiada- me rompería el corazón en pedazos.
-Voy a hablar con él . -sugirió decidido, acariciándome la espalda al ver que los ojos se me llenaban de lagrimas. -es mi amigo, pero si me llego a enterar de que te esta engañando, lo mato a golpes, te juro.
-No, no, Facu. -le frene. -no quiero meterte. Ya lo voy a hablar sola con él -asintió aunque poco convencido. -gracias- dije con un hijo de voz.
-Shh.. no. -me abrazo con cariño mientras me desahogaba.
Francisco, el compañero de Pepe, me adoraba. Así que no dudo en pedirme el celular y cada vez que podía me escribía o me compartía en Whasapp algún video o foto graciosa.
Me moría de risa con sus ocurrencia. Pablo, su novio era también muy simpático. Una de todas as veces que había venido Jazmín a estudiar, lo había invitado y lo conocimos. Se podía decir que me llevaba bien con todos menos con la chica. Y no solamente porque estaba celosa, si no porque ella tampoco parecía interesada en caerme bien. Me ignoraba totalmente y centraba toda su atención en mi novio.
Una de esas veces que Francisco me escribió, fue para mandarme una foto de su televisor. Estaba por ver un maratón de su serie favorita y había comprado chocolates como para un batallón. Su mensaje decía.
Mi amigo, que ya había hecho las pases con May, me escuchaba y trataba de calmarme. Me decía que él había exagerado, y que a mi me estaba pasando eso.
-Me perseguí demasiado. -me decía- vos tenias razón, May me quiere... y yo la quiero a ella. Estamos bien y no tengo que pensar mal de ella o perderle la confianza. No se lo merece. Y seguro que lo de Pepe es lo mismo.
-Confió en él -le asegure- pero no hace acordar demasiado a lo que me paso con Fede.
-No vas a comparar -dijo mi amigo resoplando.
-No, no puedo comparar. Con Pepe seria mis veces peor. -conteste angustiada- me rompería el corazón en pedazos.
-Voy a hablar con él . -sugirió decidido, acariciándome la espalda al ver que los ojos se me llenaban de lagrimas. -es mi amigo, pero si me llego a enterar de que te esta engañando, lo mato a golpes, te juro.
-No, no, Facu. -le frene. -no quiero meterte. Ya lo voy a hablar sola con él -asintió aunque poco convencido. -gracias- dije con un hijo de voz.
-Shh.. no. -me abrazo con cariño mientras me desahogaba.
Francisco, el compañero de Pepe, me adoraba. Así que no dudo en pedirme el celular y cada vez que podía me escribía o me compartía en Whasapp algún video o foto graciosa.
Me moría de risa con sus ocurrencia. Pablo, su novio era también muy simpático. Una de todas as veces que había venido Jazmín a estudiar, lo había invitado y lo conocimos. Se podía decir que me llevaba bien con todos menos con la chica. Y no solamente porque estaba celosa, si no porque ella tampoco parecía interesada en caerme bien. Me ignoraba totalmente y centraba toda su atención en mi novio.
Una de esas veces que Francisco me escribió, fue para mandarme una foto de su televisor. Estaba por ver un maratón de su serie favorita y había comprado chocolates como para un batallón. Su mensaje decía.
“Así es como nos castigamos con Pablito”
sonreí sacudiendo la cabeza, pero después fruncí el ceño. Pensaba que estaban estudiando los tres compañeros en casa de Jazmín. Hoy había llegado temprano del trabajo, y habíamos estado por salir a pasear con Pepe, cuando la chica le escribió para que se juntaran a terminar un trabajo. Había dicho también que le avisaría a Francisco. Era raro.
“¿que haces en tu casa? ¿no tendrías que estar en lo de Jazmín terminando el trabajo de Morfología?” -el corazón ya me latía desbocado.
“¿se juntaron a hacer el trabajo? No sabia nada... no me avisaron. Que suerte, ni ganas tenia, es un embole” -contesto.
“Jazmin te tenia que avisar” -escribí clavando las uñas en la pantalla. “seguro se olvido”
“Uff.. bueno ahora que me dijiste, voy a tener que ir. Pablo te esta puteando” -escribió, pero yo ya no lo leía. Estaba ciega de ira.
La entrada del Blog se hacia mas y mas extensa a medida que iba escribiendo. Estaba atacada.
Las palabras me salían solas, no podía parar. Mis lectoras, algunas de las que en ese momento estaban en linea, me dieron el apoyo que estaba necesitando y me aconsejaron que no sacara conclusiones apresuradas.
Me pidieron que me relajara y me mantuviera ocupada haciendo otra cosa, para no pensar pavadas hasta que pudiera hablarlo con él. Y me pareció buena idea.
Pepe había llegado a la madrugada apestado a cigarrillo, y aunque antes de acostarse a mi lado, había tenido la delicadeza de darse una ducha, su ropa lo delataba.
Me hice la dormida mientras las lagrimas se escurrían por mis mejillas hasta que finalmente me pude dormir de verdad.
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