Divina

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miércoles, 10 de agosto de 2016

Divina Capitulo 66




A mediados de mes, llegaron las fechas de parciales. Pepe había hecho un grupo de estudio con los mismos chicos con los que hacia todos los trabajos, así que un día, inevitablemente, fueron a estudiar al departamento y los conocí.

A decir verdad, cuando el decía “los chicos”, pensé que eran todos varones, pero no.
Eran un chico, Francisco, de cabello castaño y ojos marrones oscuros, y una chica, Jazmin, rubia de ojos azules. Hermosa.

De mas esta decir que la cena que estábamos compartiendo mientras ellos repasaban sus apuntes, se me quedo atascada en la garganta.

La chica derrochaba sensualidad, y parecía ser ademas super inteligente. Con cada revoleo de su lacio y precioso cabello, un aleteo de pestañas me dejaba bizca. Miraba de reojo a mi novio para ver si se había percatado, pero parecía expresado mientras leía y remarcaba su hoja con resaltador. Las horas que pasaban juntos, lo tendrían que haber hecho un poco inmune a su belleza, era la única explicación que encontraba.

Francisco, desde que había abierto la boca, me había dejado clarisimo que era gay, así que no miraba a su compañera de esa manera. De hecho, no se había cortado un pelo en contar delante de nosotros que estaba saliendo con un chico de diseño industrial que era como cuatro años mayor. Me había caído genial, y enseguida congeniamos.

Le gustaron mis uñas, y me pregunto que color estaba usando con tanta emoción que no pude evitar reír.
Jazmin, que al parecer era demasiado intelectual para pensar en esos asuntos tan frívolos, lo miraba poniendo los ojos en blanco, y le pedía impaciente que se pusiera a estudiar.

En los recreos que hacían, la chica se paseaba por el departamento como si estuviera en su casa, y yo estaba verde de envidia al ver su pequeñisima cintura paseándose en las narices de mi novio. Que parecía ajeno a todo, y que sonreía a todo lo que la rubia le decía.
Tenían chistecitos privados y anécdotas compartidas de clases, y no paraban de hablar de gente que yo no conocía y nunca había visto. Me sentía excluida y de mal humor.

Las palabras de Facu empezaban a sonar con fuerza en mi cabeza, y me estaba muriendo de celos.

Sin temas de conversación, me levante y excusándome fui directo a la habitación. Abrí la computadora y empece a escribir en un blog. Era anónimo y me daba la oportunidad de expresar todo lo que estaba sintiendo.

Hacia muy poco lo había creado, sin otro motivo mas que sacarme del pecho algunas ideas que sabia no me servirían para un libro, pero eran muy intimas para publicarlas en Facebook o Twitter. Seria mi costumbre de trasladar toda mi vida a lo escrito…

Sin darme cuenta, mis dedos teclearon cuatrocientas palabras con lo que me estaba pasando.

Sintiéndome mas liviana, me acosté a dormir. De fondo podía escuchar las risas de Pedro y sus compañeros mientras seguían en su noche de estudio, así que tuve que ponerme los auriculares y música para poder conciliar el sueño, pero lo hice.

Unos días después, mis amigos habían terminado de rendir, y necesitaban un descanso. May, cumplía años y era la excusa perfecta para festejar juntos.

Nos reunimos en el departamento, y tomamos cerveza en la terraza porque adentro nos moríamos de calor.
Pepe me tenia abrazada por la cintura y bailábamos lento esas canciones de cumbia que tanto le gustaban, mientras me dejaba besos en el cuello. Y eran esas veces, que sentía que las cosas entre nosotros no habían cambiado tanto.
Facu, que dacia días estaba preocupado y celoso de su novia, había tomado de mas y cuando llegamos al boliche, había hecho desastres.

Se peleo con varios que según él, le habían visto las piernas a su chica, había perdido el celular y no sabia donde, se había enojado con Pepe, y como si fuera poco, se había peleado también con May.

Termino en la vereda del local, vomitando en un costado de manera patética mientras angustiado, repetía que su novia lo iba a dejar.

Me daba muchísima pena.

Mi amiga, cansada de tanta pavada, se lo había llevado a dormir a su casa después de meterlo a la ducha a que se le refrescaran las ideas. Lo amaba con todas sus fuerzas, pero había veces que se lo ponía muy difícil.
-¿te molesta que invite a los chicos de la facu ,mañana a tomar algo?- me pregunto mi novio unos días después.

-no, amor –sonreí haciéndome la tonta. – es tu casa. Si querés me voy a la miá…

-no –negó con la cabeza- quiero que estés vos también- dijo como si fuera obvio, frunciendo el ceño.
Y bueno, mis opciones eran esas. O me iba con mis padres y me aislaba para compartir cada vez menos cosas con mi novio, o me quedaba para sentirme una extraña a su lado.

-¿puedo decirle a Facu que venga? –sugerí.

-obvio. –dijo- pero si piensa tomar, que no se pase que no tengo ganas de estar limpiando después –advirtió- ¿y May?

-se fue a pasar unos días a la casa de Carlos Paz como todos los años –dije distraída mientras le escribía un mensaje a mi amigo rogándole que venga, porque sola no me quedaba ni loca. Me respondió casi al instante diciéndome que se iba también con May porque les dejaban la casa sola. Mierda.

Pepe, que se había quedado mirándome pensativo, se acerco a mi y me tomo por el rostro para verme los ojos.

-¿todo bien. Amor? –pregunto entornando los ojos. Sabia que percibía mi malestar. No tenia sentido negarlo.

-si, es que estoy nerviosa por la publicaron del libro –mentí- eso nomas 

Me sonrió con ternura y me beso mis labios.

-te va a ir genial con eso –sus labios se volvieron mas insistentes, y mis manos fueron directo a su cuello. Extrañaba esta cercanía con todas mis fuerzas.

Entre tanto estudio, nuestra vida sexual se había reducido tanto que ya ni recordaba cuando había sido la ultima vez que lo habíamos hecho. Bueno, si me acordaba… había sido una madrugada, casi dormidos, y creo que hasta con el pijama puesto. Muy triste, pero no había tiempo para mas.

Me sujeto por los muslos cargándome hasta la habitación sin esperar mas, y entre jadeos nos desvestimos sintiendo los dos la misma urgencia.
Ahora no teníamos apuro, pero de todas maneras, era tanta la necesidad, que nos precipitamos como su no fuéramos a volver a hacerlo.

Entre risas y besos cargados de deseo, Pepe se hundió en mi, haciéndome poner los ojos en banco de placer. Mirándome a los ojos, me confeso que había acumulado tantas ganas, que pensaba, podía explotar solo con sentir mis manos rozándolo.

-sos tan linda- decía entre gruñidos aumentando la velocidad.

Abrazada con fuerza a su cuerpo, le dije que lo amaba mientras me dejaba ir por primera vez esa noche… aunque iban a ser muchas mas, porque èl no parecía tener suficiente aunque estuviera agotado, y no dormimos nada hasta que se hizo de día.

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